2020 podría ser la coyuntura de imaginación política más importante de nuestras vidas. Este año enfrentamos fuertes crisis ambientales, climáticas, sociales y económicas en todo el planeta que se interconectan en la crisis civilizatoria de este siglo: desde los muertos por COVID-19 hasta las comunidades desplazadas por la crisis climática, pasando por la extinción masiva de especies o las personas sufriendo hambre. Ante situaciones similares, en donde las sociedades se movían al filo de la navaja, se lograron transformaciones estructurales en poco tiempo, por ejemplo: el Renacimiento después de la Peste Negra, la Revolución francesa después de la epidemia de cólera, el Nuevo Pacto en Estados Unidos después de la Gran Depresión de 1929, el Plan Marshall en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, la lucha por los derechos LGBTQ+ ante la epidemia del sida.
Hoy en día, ante la coyuntura inesperada y disruptiva de 2020, se discuten nuevos paradigmas sociales y modelos de vida para la pospandemia. De estas transformaciones estructurales dependerá nuestra viabilidad socio-ambiental como humanidad. Destaco aquí el Nuevo Pacto Verde en Estados Unidos, el Pacto Verde Europeo que incluye la economía circular, las experiencias agroecológicas de base de América Latina y la plataforma por un pacto verde global.
El año pasado, en Estados Unidos, la legisladora de origen puertorriqueño Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) promovió en la Cámara de Representantes la Resolución 109 que contiene el Nuevo Pacto Verde con metas concretas y cambios estructurales para combatir el cambio climático y las injusticias sistémicas. Este texto plantea un plazo de diez años, a 2030, porque simplemente el tiempo no da a 2050 como se ha planteado en otros espacios. Al otro lado del Atlántico, se discute el Pacto Verde Europeo promovido por Ursula von der Leyen, primera mujer presidenta de la Comisión Europea. Este pacto incluye los conceptos de economía circular (en oposición al modelo actual de crecimiento lineal) y transición justa (que no deja a nadie atrás en la transición socio-ambiental y energética). No obstante, partidos alternativos han hecho fuertes críticas al actual Pacto Verde Europeo por ser más de lo mismo pero pintado de verde sin arreglar los problemas estructurales.
Entre otras cosas, el Pacto Verde Europeo plantea financiar la transición justa, aumentar las metas climáticas a 2030 y 2050, garantizar el suministro de energía limpia y asequible, movilizar la industria para una economía limpia y circular, garantizar un modelo alimentario justo y ecológico, restaurar los ecosistemas y la biodiversidad, y una meta de cero-contaminación para un ambiente libre de tóxicos. Mientras los detalles y la realización de estas políticas públicas se discuten en la Comisión Europea, la capital de Holanda tomó la delantera y, con sustento en el Pacto, lanzó su estrategia de Ámsterdam Circular 2020-2025 en abril de este año, con la meta de lograr una economía completamente circular en 2050, iniciativa bajo el liderazgo de la alcaldesa adjunta Marieke van Doorninck y sustentada en los análisis de la economista Kate Raworth.
Por otro lado, esta semana las escritoras Arundhati Roy de India y Naomi Klein de Canadá lanzaron una plataforma para promover un pacto verde global cuyo lema es: de la crisis a la justicia. De hecho, Klein publicó en septiembre pasado un libro que desarrolló el argumento de un pacto verde global: “Ardiendo: un argumento urgente por un nuevo pacto verde”.
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Existen conocimientos, hay experiencias, hay liderazgos para repensar y rehacer los modelos socio-ambientales en el planeta
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Si cruzamos de regreso el Atlántico en un viaje de diálogo de saberes encontraremos iniciativas de base que proponen y expresan modelos socio-ambientales alternativos. En la ecorregión de la cuenca baja del Río Sinú está la propuesta de desarrollo rural de Asprocig con experiencias reales en agua, saneamiento, seguridad alimentaria, producción y conservación, cambio climático, educación ambiental, incidencia política y género. También en Colombia y en el resto de América Latina los pueblos indígenas, comunidades negras y afrodescendientes y comunidades campesinas agroecológicas han desarrollo modelos alternativos al desarrollo que han permitido el sustento comunitario y el respeto del ambiente por centurias. Muchas de estas propuestas son defendidas por los líderes ambientales y sociales que siguen siendo asesinados impunemente. Existen conocimientos, hay experiencias, hay liderazgos para repensar y rehacer los modelos socio-ambientales en el planeta y lograr superar la tremenda crisis civilizatoria del 2020, vivir en equilibrio y sanar las heridas ambientales y humanas, dentro de una ética del cuidado, del respeto y de la equidad.
Hay que decir también que superar la crisis socio-ambiental de 2020 requerirá repensar y rehacer el modelo económico en forma participativa, para encontrar modelos económicos viables con la vida y la dignidad dentro de los límites del planeta. Lo que no debería pasar es que pase la pandemia y no giremos el timón, y así desaprovechemos la oportunidad de encontrar nuevos pactos entre humanos y con la naturaleza. Pensar estos pactos desde la diversidad y converger en ellos es un imperativo ético que nos exige nuestra época. Las cosas están mal, estamos en una crisis socio-ambiental sin precedentes y como dijo Einstein: «No esperes resultados diferentes si siempre haces lo mismo».
En este video Naomi Klein sintetiza sus ideas sobre un pacto verde.