Colombia está a punto de ser destruida a causa de los políticos corruptos e insensatos con los que cuenta. En este momento el país se encuentra en el punto más importante de su historia reciente, intentando realizar un proceso de paz el cual se encuentra en entredicho por la desinformación y los intereses personales de algunos políticos.
Pero esto no es nuevo, la cultura de la corrupción nos la sembraron desde hace mucho tiempo los carteles de la droga; estos carteles dejaron en nuestra mente la cultura de la inmediatez y de la trampa, nos enseñaron que es mejor el dinero fácil que trabajar mucho, que para ser rico es mejor ser ilegal que legal.
Un claro ejemplo es la mayoría de políticos, personajes maquiavélicos que se han enriquecido a costillas del pueblo colombiano. Hoy en día los políticos tienen grandes riquezas y lo peor de todo es que han puesto en la memoria colectiva que para hacer política se necesita dinero y se han adueñado del poder.
Cabe reflexionar un poco en este tema, ya que el costo de una campaña para ser senador en Colombia, según estudios, ronda los 3.000 millones de pesos y el salario en cuatro años no alcanza esta suma, es muy fácil pensar qué ser político es un mal negocio y queda claro que invierten esas grandes sumas de dinero para subir al poder y delinquir. Viendo la clase de políticos que tenemos en Colombia, es claro que ellos no representan al pueblo, sino que para ellos la política es simplemente un buen negocio. Algunas personas dirán que son financiados por empresas privadas y personas de buen corazón, pero que empresa va a invertir su dinero en un político si no es con las ganas de un contratico.
Nuestra política está podrida, no es una sola manzana como dice Juan Manuel Santos, en Colombia está podrido el árbol desde la raíz, se necesita un gran cambio con nuevas reglas de juego para hacer política en Colombia. Es necesario que desaparezcan de la política personajes, como Álvaro Uribe, Gustavo Petro y el mismo Juan Manuel Santos, políticos que no dejan que haya un cambio en el país. Si usted los defiende, piense que durante el tiempo que ellos han estado en la política, el país no ha avanzado, esto quiere decir que no sirven, su pensamiento se quedó corto para arreglar los problemas del país y es que el gran problema de estos personajes es la soberbia de pensar que tienen la razón y que con su odio van a sacar adelante al país.
Pero también se necesita un cambio nuestro, del ciudadano, ese ciudadano que todos los días sale a trabajar para sobrevivir, ese que aguanta trancones, inseguridad, intolerancias, ect. Es hora que el ciudadano se dé cuenta que tiene un poder y ese poder es el voto y su voz. Tienen que aparecer nuevos protagonistas en la política, dejar el miedo de decir la verdad, que digamos sin miedo que nos están robando, que los políticos son corruptos y que tenemos el derecho de tener mejores gobernantes.
Para lograr este cambio tenemos que empezar ya, así que si usted es de los que soborna al policía, no hace la cola, se pasa el semáforo en rojo, no respeta las normas de convivencia de la ciudad, cambie porque eso también es corrupción y ahí es donde empieza a alimentarse ese cáncer.
Por último si quiere un país mejor vote, no permita qué nos gobiernen los mismos delincuentes, apoye a las nuevas generaciones en la política, haga política, deje de hablar tanto y actué, no espere a que actúen los políticos corruptos, porque aunque usted no lo crea el pueblo es muy importante y su voto puede definir el nuevo camino de Colombia.
