Esta trilogía de compleja articulación, es susceptible de manipular la voluntad del ciudadano elector para elegir libremente con el voto soberano. Una buena propuesta de campaña, la hacen aparecer como mala, y viceversa.
La política es poder, la forma de gobernar a la sociedad organizada. La economía también se asocia con la sociedad, con la comunidad, para atender sus necesidades a través de la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios con destino al mercado interno y externo.
El meollo del éxito del gobernante de turno, estriba en la preparación académica del líder para hacer de su gestión, un buen gobierno.
Para mayor ilustración expongo el siguiente ejemplo: un médico es el profesional idóneo para emitir un diagnóstico patológico, no podría hacerlo otra persona de profesión diferente. Guardadas proporciones algo similar sucede con la dirección de la economía de un país; en el caso nuestro, para dar cumplimiento a la Constitución Política del 91(Art. 334).
Es cierto que a la jefatura del Estado colombiano han llegado algunos profesionales economistas, pero en la ciencia económica, algunos profesionales adquieren formación con énfasis en la economía privada, formación similar a la del administrador de empresas, cuyo objetivo específico es obtener altas tasa de rentabilidad económica, personal, empresarial.
Otros, con énfasis en economía política, cuyo objetivo específico es la rentabilidad social que involucra al Estado en la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios con destino al mercado interno y externo.
De acuerdo a la estructura económica por razones de vocación sectorial surge la pregunta de cuál es modelo de desarrollo y la propuesta económica para solucionar los males económicos del desempleo que es inherente a la producción.
Igual sucede con la inflación y la seguridad alimentaria. Un punto de referencia es la balanza comercial, la que nos mide el flujo de producción nacional: qué tanto y qué clase de bienes estamos importando, qué exportamos y cómo es el saldo de la balanza.
Con el privilegio del modelo extractivo del sector minero energético imperante en el país, el valor agregado para generar empleo es pobre. Pero hay que advertir que la transición energética es inexorable, incontrovertible y no por capricho de algunos líderes ambientalistas, sociales y políticos sino por acuerdo internacional de países conscientes de los efectos del cambio climático, debido a la emisión de gases de dióxido de carbono de efecto invernadero que ponen en peligro la vida humana del planeta.
Además, estamos hablando de recursos naturales no renovables, que más temprano que tarde se agotan, se acaban así raspen el cucayo de la pega del arroz de la olla delcon el fracking.
Por lo anterior urge comenzar con una propuesta económica de transformación productiva, de reconversión de la actividad económica. En este contexto hay que rescatar los sectores productivos de la agricultura y la industria nacional para ponerlas a producir con incremento de la productividad.
El aumento de la oferta productiva agregada, ataca el desempleo y la inflación, como también se garantiza la seguridad alimentaria.
El incremento inusitado e irracional de la importación de productos agrícolas ha sido una de las causantes del desempleo rural y citadino y de la migración campo ciudad, agudizando los conflictos sociales y económicos.
Una balanza comercial con saldo positivo evita el endeudamiento en dólares para financiar las importaciones de los bienes que realmente no producimos o no podemos producir.
Invito al lector a reflexionar sobre la coyuntura electoral.