El segundo semestre del año de la pandemia estuvo caracterizado por la confrontación que tuvimos los colombianos contra la policía. Todo se agravó a principios de septiembre cuando entre dos patrulleros ahorcaron y posteriormente mataron al abogado Javier Ordoñez. Esta muerte causó una oleada de indignación que se desembocó en movilizaciones sociales que terminaron con 14 colombianos asesinados en las calles bogotanas. La represión ha sido una constante a partir de ese momento, cualquier tipo de movilizaciones sociales es pasada por gaseadas espesas.
A esto hay que sumarle actuaciones tan deplorables como el asesinato a mansalva de Juliana Galindo metros antes de pasar un retén del ejército. La actitud del Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, de minimizar además las masacres que han sacudido a Colombia en los últimos meses, han convertido a la Fuerza Pública en uno de los peores enemigos de los colombianos.
No hay confianza en la institución, hay resquemor y para el 2021 se prevén movilizaciones que van a exigir una reestructuración total de la Fuerza Pública.