Al parecer Duque insistirá en el discurso de buenos y malos que tanto daño le hace al país. Eso lo confirma en cada locución al referirse más tiempo y con más detalle a los protestantes violentos que a los pacíficos.
También lo reafirmó al no atender las demandas del comité promotor del paro. Los líderes que estuvieron en esa reunión fueron explícitos al decir: "son un escenario distinto el del diálogo nacional del gobierno y otro escenario distinto el del comité del paro nacional y el gobierno".
Además, Duque decidió sentarse primero con gremios de empresarios y comerciantes, después con alcaldes (as) electas las pasadas elecciones y por último lo hizo con los salientes, para hallar algún líder diferente a los del paro que le ayudara a dilatar porque cree le va a funcionar.
Esta afirmación la hago según las declaraciones de Marta Lucía Ramírez después de dicha reunión: "Cuando quieran ellos regresar y sentarse en cualquiera de las mesas temáticas, estarán siempre bienvenidos".
No sé ustedes pero a mí me suenan a soberbia y altivez esas palabras. ¿Será que Duque no ha entendido que ya nos cansamos de escucharlo a él y a los que lo anteceden en el desgobierno de Colombia?
Es tiempo de que escuche Duque. Ya no más de la conocida fórmula: "divide y reinarás".
Para que vaya aterrizando habrá que recordarle que no tiene mayorías en el Congreso, que ni siquiera se sabe si ya las tiene en su partido... Y que su mentor anda algo enredado en asuntos judiciales.
Para finalizar dejaremos tres impresiones:
1. Duque cree que hablando con sus amigos y electores va a menguar la protesta válida y legítima. ¡Y no! Recuerde que es precisamente contra es manera de entender la sociedad colombiana que se protesta, la de su ubicación ideológica.
2. Duque, los momentos políticos no los convoca nadie. ¡Deje de ser obtuso! Incluso hay que gritárselo a algunos sectores políticos en este país. No es el Foro de Sao Paulo, ni mucho menos el CastroChavismo.
3. De la segunda impresión se desprende el más grande desacierto de Duque que a mi manera de entender, es muy peligroso.
Como nadie convocó este momento, sino que vivimos un contexto favorable a todo lo que pasa así a los gobiernos neoliberales no les convenga, son las gentes, los transeúntes del mundo, no los líderes los que pueden parar este paro nacional.
En esa medida pregúntese a sí mismo presidente: ¿quién tocó la primera cacerola?, ¿en dónde fue?, ¿en cuál ciudad o desde que balcón de algún poderoso se dió el primer golpe a la olla?
Le respondo especulando porque usted no debe ser el único que tiene el derecho: de pronto fue cualquier ama de casa que cansada de cocinar tiró una olla...
Ñapa. No es con polarización que va a ganar el pulso subpresidente, es con politización, la misma que venció en las urnas a su partido y gobierno las elecciones pasadas.