El deber del Centro Democrático en la plaza pública

El deber del Centro Democrático en la plaza pública

"Como partido de masas tiene que liderar el frente republicano, con otras organizaciones comprometidas con el gobierno del presidente Duque"

Por: Ariel Peña González
marzo 22, 2019
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El deber del Centro Democrático en la plaza pública
Foto: Leonel Cordero - Las2orillas

Con casi 9 meses de haber sido instalado, el gobierno del presidente Duque tiene que soportar la andanada de una extrema izquierda hirsuta e irreflexiva que convoca protestas, teniendo como coartada las reivindicaciones sociales y económicas de la población, pero que en el fondo son intereses políticos buscando desestabilizar las instituciones a nivel nacional e internacional, pretendiendo que se consolide la dictadura comunista de Maduro en Venezuela ante la postura iniesta del gobierno colombiano frente a la crisis humanitaria que vive el país hermano, cuya única responsabilidad es del socialismo del siglo XXI.

Desde el mes de julio del año pasado habíamos denunciado que antes de posesionarse, se anunciaba el saboteo al gobierno del actual presidente por parte de la oposición encabezada por el senador Gustavo Petro, lo que constituía una situación inédita que no se conocía en Colombia, por lo que el Centro Democrático, que es partido de gobierno, junto a las otras agrupaciones de la coalición debían salir a defender la tarea del presidente en la plaza pública y así responder a las acechanzas totalitarias.

Hay temas que han sido utilizados de manera oportunista por los partidos que en Colombia hacen parte de la internacional comunista del foro de Sao Paulo, como es el caso de las objeciones que ha hecho el Ejecutivo a 6 artículos de los 159 de la ley estatutaria de la JEP. Esto ha provocado un gran escándalo de parte de los grupos de la llamada izquierda, proclamando que eso atenta contra de la paz, aunque claro, en la semántica marxista la paz significa una cosa diferente a la que entendemos el resto de mortales. Sea como sea, acá queda claro que objetar artículos de una ley es parte de las funciones presidenciales, más adelante se conocerán los resultados... entonces, como se dice coloquialmente, se están ahogando en un vaso de agua los que rechazan las objeciones presidenciales, especialmente los idiotas útiles del comunismo.

Así mismo, en las últimas semanas se han observado protestas de diferentes sectores que tienen como objetivo común la desestabilización del gobierno. Por ejemplo, la minga indígena del Cauca ha producido afujías a los habitantes del suroccidente del país, todo por el bloqueo de la carretera Panamericana. Sin embargo, de manera inexplicable, las peticiones de estos indígenas parecen un programa político de gobierno, antes que reivindicaciones inmediatas y necesarias. Con eso en mente, vale preguntar: ¿qué tienen que ver los usos y las costumbres ancestrales de los pueblos indígenas con la perversidad de la estafa comunista del marxismo-leninismo?

A la par, los maestros afiliados a Fecode han realizado en este año dos paros de 24 y 48 horas, perjudicando a 8 millones de estudiantes. No obstante, lo curioso del asunto es que en las protestas priman las consignas políticas partidistas antes que la búsqueda por satisfacer las necesidades apremiantes de los agremiados. Y por esa misma vía se encuentran algunos grupos de sindicatos y organizaciones sociales de orientación marxista-leninista que están promoviendo un paro nacional, pero que, sin contar con el grueso del movimiento social y sindical,  esperan un poco de suerte a ver si ocurre un milagro y las masas acuden a su llamado.

Los dirigentes de un partido de gobierno no solo deben estar en la dirección del Estado, sino también en la base convocando a la movilización popular para defender las políticas del mandatario, porque no se puede dejar expósito a quien fue elegido democráticamente en las elecciones presidenciales; en esas condiciones le corresponde al Centro Democrático hacer presencia en la calle, ya que la movilización popular no es propiedad exclusiva de los totalitarios izquierdistas

Ahora bien, es importante recordar que el partido del expresidente Álvaro Uribe cambió las costumbres políticas del país, ya que en la oposición al gobierno de Santos se comportó como un partido moderno y de masas, algo que no sucedía desde antes de constituirse el Frente Nacional, porque las organizaciones partidistas democráticas se movilizaban en los últimos tiempos únicamente para la contienda electoral. El Centro Democrático rompió ese paradigma y realizó importantes marchas en todo el país en abril de 2016 y 2017, en más de 50 ciudades, en contra de la política del presidente Santos, acompañado por sectores sociales y sindicales. Teniendo esos antecedentes, apoyar al gobierno de Iván Duque con la movilización es una tarea prioritaria que debe de figurar en el programa del Centro Democrático ante la arremetida de la llamada izquierda.

Si las fuerzas totalitarias no descansan en su afán de llevar a la nación a una dictadura marxista, las organizaciones democráticas jamás se pueden dormir en su misión de preservar la libertad, que es la condición suprema del ser humano. De ahí que la respuesta es la defensa de las instituciones legítimamente constituidas, representadas por el gobierno de Iván Duque, mediante la movilización ciudadana.

En los últimos 60 años, las organizaciones armadas marxistas-leninistas, como el ELN, las Farc y otras, han sido las principales depredadoras de la vida y la paz en Colombia, por lo que los seguidores del comunismo totalitario, así usen la máscara que quieran, no tienen autoridad moral para convocar marchas, resaltando que la única responsable del conflicto político-militar vivido en estas 6 décadas es la dogmática marxista que ha dejado consecuencias calamitosas con cerca de 250 mil muertos, 8 millones de víctimas por el accionar terrorista y pérdidas que pueden llegar a los 300 mil millones de dólares, lo que ha convertido a Colombia en uno de los países más desiguales del mundo.

Con eso en mente, la movilización popular que debe impulsar el Centro Democrático en apoyo al gobierno ha de servir para sumar fuerzas, conquistando escenarios que de pronto le han sido esquivos a la democracia liberal por falta de la batalla ideológica en contra de las sectas totalitarias, caso concreto el de los sindicatos, los que han sufrido muchas veces abandono por decidía de los partidos republicanos, dejándolos a merced de facciones marxistas que irrespetan la independencia sindical, convirtiendo a esos estamentos en instrumentos de tramas políticos para intereses mezquinos, como lo hemos visto en las últimas semanas

Para cerrar, el Centro Democrático como partido de masas tiene que liderar el frente republicano, con otras organizaciones comprometidas con el gobierno del presidente Duque, por ello no se puede olvidar la movilización para no descuidar la democracia ante el accionar totalitario, porque la convocatoria ciudadana es trascendental en la vida del pueblo para la estabilidad y la armonía nacional.

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