Como un tabú se ha visto lo que muchos consideran como una de las expresiones artísticas de la persona actual, los tatuajes más que un signo de rebeldía, hoy son moda. Para algunos, una forma de expresión personal; para otros, un nuevo modo de ser tribal.
En 1991 fue encontrada una momia neolítica dentro de un glaciar en los Alpes de Otzal, Europa, con 57 tatuajes en la espalda, esta momia es conocida como el «Hombre de Hielo», siendo el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado.
Sin embargo a través del tiempo las distintas culturas que utilizaron el tatuaje lo hicieron de distintas maneras; tanto como arte, en el sentido de creación de significados o rituales simbólicos, como ocurría en el Antiguo Egipto o también para marcar y señalar a los criminales como en el caso de Grecia y Roma.
Ahora bien en la actualidad ha sido punto de discusión, la creación de una cultura, de una expresión o ideología, de quienes con autoridad, implementan la tinta para marcar su piel, probando el desgarrador sonido y agudo dolor de un castigo, que poco a poco delinea y plasma ideas, tal vez por una vivencia personal más trascendente de lo que imaginamos o simplemente para hacer parte de un grupo social.
“Para personas con problemas personales o falta de identidad” aseguran quienes miran con desaprobación a los jóvenes que tienen uno que otro trazo en alguna parte de su cuerpo, tal y como en alguna ocasión pudo afirmar mi padre al descubrir uno de mis diseños en la piel, pero, más grave aún es la situación que tienen que vivir muchos, no solo los jóvenes, adultos también, pues de los diferentes rostros que podemos ver a diario andando por las calles de Bogotá, una gran mayoría aun no consiente la idea de estas acciones.
Era el 15 de octubre del 2014 cuando una chica fue a una entrevista de trabajo, todo transcurría con suma normalidad, había pasado las pruebas hasta el momento de llegar donde la psicóloga de la organización, luego de unas cuantas preguntas para finalizar todo el debido proceso, un simple interrogante la tomó por sorpresa, ¿tienes algún tatuaje? Pregunto la psicóloga, subiéndose la manga del saco mostró dos pequeñas iniciales en la parte de la muñeca, y de inmediato un rotundo, lo lamento pero no podemos contratarte la desmotivo. Así lo cuenta un miembro de la tienda “13 Chiros Store” una de las tiendas más reconocidas de tatuajes, perforaciones y artículos urbanos de Bogotá.
Por toda la calle 64 junto a la Plaza de Lourdes y la hermosa basílica de arquitectura gótica que ahí se postra, se encuentra el Centro Comercial Cosmos que con una rampa parecida a una serpiente deslizándose de forma ascendente en dirección al cielo se encuentran reunidos varios profesionales en el arte del diseño en la piel, cada uno especialista en un procedimiento en particular como, diseños y dibujos, tatuajes, escarificación, perforaciones y expansiones.
Cada uno de ellos como un lienzo en el que han trabajado Da Vincci, Van Gogh y Picasso con diferentes formas y figuras llevan sobre su piel tatuajes que se asoman por el cuello y las mangas de las camisas, piercings en la nariz o labios y grandes expansiones en las orejas, una imagen característica de quienes atienden estos lugares, pero que a mi opinión, muestra una personalidad liberadora y expresiva, siempre abierta a ideas nuevas.
Al fondo del local se encuentra la sala o el “estudio” como ellos lo llaman donde entran en contacto con la epidermis de un segundo y dejan correr la tinta que con cada pinchazo va plasmando un diseño original. Y al frente rodeado de varios estantes de camisas, buzos y gorras, con un sofá muy cómodo antienden las inquietudes de quienes con interés van a preguntar. En este lugar parece que la discriminación no llega a sus oídos, como una comunidad o familia, solo se ven sonrisas y se escucha decir “ese diseño le quedo la chimba”.
Johan hurtado, estudiante de cine en la escuela nacional de cine, ha llevado sus estudios hasta Argentina y a concursado en el festival de cine de Cartagena, todo gracias a los tatuajes, puesto que estos le dieron el ingreso económico necesario para llevar a cabo sus estudios, admirable y talentoso sin dudarlo “muchos piensan que por tener tatuajes soy pandillero o ladrón, pero tengo un sueño como los demás y he salido adelante por mis capacidades”. Refiriéndose al tatuaje como un arte como medio de expresión tal como la pintura o la música, Johan ha podido viajar a diferentes partes del mundo llevando sus diseños a Alemania y a Estados Unidos, apartando cualquier tipo de mirada discriminatoria, sigue su vida, como cineasta, fotógrafo y excelente tatuador.
¿Qué de malo hay en llevar un dibujo sobre la piel si no se daña a nadie? Hoy en día vemos a ídolos del mundo con tatuajes, como jugadores de futbol, cantantes y actores idolatrados ignorando por completo sus tatuajes, o incluso quienes piensan que son sexys. Pero si andas por Bogotá sin dinero, sin fama y con algún tatuaje de seguro es pandillero o peligroso.
Atados de manos se declaran quienes buscan alguna excusa para negar un trabajo a cualquier persona que lleve una marca en su cuerpo, pero basándonos en nuestra constitución “El derecho a la no distinción, exclusión, restricción o preferencia por motivos de género, raza, color, origen nacional o étnico, religión, opinión política u otra, edad, o cualquier otra condición que tenga el propósito de afectar o deteriorar el goce completo de los derechos y libertades fundamentales.” esto no debería ocurrir.
A pesar de todo esta situación es común no solo en nuestro país, sino en la mayor parte de américa latina llena de personas que juzgan por un simple y mero fantasma, por el temor de su mente y por la costumbre y cultura que no quieren dejar ir, pero esta quienes hacen caso omiso a sus acusaciones, como Johan, Tatiana madre de dos niños hermosos, y vendedora de “Totto tú” lleva 4 tatuajes en su piel y a pesar de atender a niños su responsabilidad no cambia, aunque afirma que se ha sentido mal vista varias veces por adultos mayores, ama los tatuajes pues afirma que cada uno es una enseñanza para su vida, y que son recordatorios de una etapa, de una decisión y de un momento importante en la vida.