En el año 2000, hace 19 años, Mauricio Alayza y su esposa Fabiola decidieron abrir en Lima (Perú) una pequeña trattoria en la que se ofrecía una pequeña carta de 10 pizzas, elaboradas artesanalmente. Pronto, la familia de Alayza y su esposa se unieron otros miembros de la familia, que ayudaron a edificar el negocio, teniendo en cuenta que la madre de él es de origen italiana, mientras que la de ella es de origen peruano. Ambas intervinieron en la preparación de los alimentos, que convirtieron a La Piccolina en un restaurante que presenta comida italiana hecha con ingredientes peruanos.
Ahora, con siete locales en la capital peruana y 19 años de experiencia, en La Piccolina ofrecen una carta con más de 40 tipos de pizza de distintas variedades, que son preparadas al momento, y otros platos de la gastronomía italiana. Así como supieron fusionar sabores peruanos e italianos, también debieron aprender a combinar lo artesanal en la preparación de su menú con la tecnología, para facilitarles los procesos en un proyecto familiar que va en crecimiento y ya cuenta con más de 300 personas que trabajan con allí.
“Nuestro crecimiento a través de los últimos 19 años nos generó un gran problema que no habíamos ‘avisorado’ en un principio: el de tener un mejor control de nuestros procesos. Evidentemente, una cosa es manejar un solo local y, luego, al llegar a un total de siete locales, teníamos que saber perfectamente qué era lo que se vendía en cada local, qué plato eran los más preferidos, cómo estaba el nivel de inventario, si los stocks eran suficientes, si las órdenes de pedido estaban colocadas adecuadamente. Evidentemente toda esa información teníamos que conocerla en línea. Por tanto, decidimos que era momento ya de emigrar a una plataforma tecnológica que nos pudiera solucionar todos esos problemas y ser más eficientes en nuestros procesos”, explica Pablo Tippe, gerente general de La Piccolina.
Es por eso que decidieron contratar los servicios de Siesa, una empresa caleña proveedora de software y servicios tecnológicos. “Estuvimos viendo distintas alternativas que nos presentaron y dentro de esas se presentó el módulo de ERP de Siesa. Vimos que era un módulo bastante completo, que satisfacía toda nuestra necesidad de información en línea y decidimos empezar con el módulo comercial y la parte de ventas. Pero, evidentemente, nuestro proceso se hizo más complejo y decidimos tomar el módulo financiero para agotar todas las necesidades que teníamos en control de stocks, de manejo de órdenes de compra, manejo de documentos por pagar, de documentos por cobrar”, añade Tippe.
“Lo que destacamos en Siesa es que la implementación de este ERP va acompañada día a día con el asesoramiento técnico de sus ejecutivos. Es decir, estamos mano a mano para entender cada proceso, para resolver cada duda, cada parte que podría suceder al momento de la implementación y eso nos satisface porque sabemos que estamos implementando algo que realmente se va a adaptar a nuestras necesidades”, explicó Tippe sobre las razones que los llevaron a agregar un ingrediente de tecnología colombiana a su fusión de comida italoperuana.
