La patrullera de la policía Andrea Cortés Guarín es la primera mujer trans en ser parte activa de la institución armada. Hace un par de días se retiró los biopolímeros que se había implantado en su glúteos. Contó que fue inyectárselos la peor decisión que pudo haber tomado en la vida y que sacarlos ha sido muy doloroso. La operación para inyectarse la sustancia en la cola se la practicó hace más de tres años.
La policía de 26 años, una gran representante de la comunidad LGTBI invitó a no usar biopolímeros. El uso de esta sustancia, según lo contó en una entrevista, es una cárcel que se lleva encima, ya que se vive con el secreto y con las consecuencias de este por el miedo al qué dirán. También dijo que el miedo a que se le deforme el cuerpo o a las cicatrices es lo que lleva a las personas a no quitarse los biopolímeros que se inyecta en la cola.
Hoy en día la patrullera Cortés Guarín está en recuperación. A través de sus redes sociales dijo que no había contado nada de lo ocurrido "hasta que no saliera bien, para no preocupar a nadie".
la patrullera Andrea Cortes entró a la policía como auxiliar bachiller con el nombre de Fabio Cortés Guarín. Luego de terminar de prestar el servicio e ingresó como patrullero de la policía nacional en el departamento del Cauca con el nombre de Fabio Cortés Guarín. Estando en la escuela empezó a hacer su tránsito a mujer. Pasó a llamarse Andrea Cortés Guarín. Legalmente cambio todos sus documentos y le pidió en la policía nacional fuese tratada como tal. Pero la institución no aceptó cambiar su documentación. Andrea Cortés tuvo que instaurar tutelas contra la policía. En mayo de 2018 el fallo fue en su favor.