La pesadilla de cientos de venezolanos atrapados en Colombia

La pesadilla de cientos de venezolanos atrapados en Colombia

Acampando a las afueras de la terminal de transporte, sin comida y sin medidas de protección, cientos de venezolanos esperan medidas para volver a Venezuela

Por: Henry Gómez
junio 03, 2020
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La pesadilla de cientos de venezolanos atrapados en Colombia

En días pasados cerca de 280 venezolanos aproximadamente habían pasado varias semanas a las afueras de la terminal del norte de Medellín, los cuales también vivieron un verdadero infierno allí. Exigían a la alcaldía y a migración Colombia que les facilitaran buses para poder ir a su país tal como lo habían hecho en ciudades como Cali, Pasto y Bucaramanga, pero durante ese tiempo migración "le tiraba la pelota a la alcaldía y esta se la devolvía", evadiendo la responsabilidad, mientras estas familias pasaban frío, hambre, calor entre muchas penalidades. Finalmente el 9 de mayo facilitaron los buses y pudieron partir a su país. Mientras esto sucedía en muchos inquilinatos y viviendas de la ciudad y el departamento, otros cientos de venezolanos eran sacados a la calle por los arrendatarios ya que producto de la cuarentena muchos perdieron sus empleos, y los que vivían del día a día no podían salir a conseguir siquiera con qué comer y al verse en la calle y ver que algunos de sus coterráneos pudieron volver a su país optaron seguir el mismo camino que de ellos, así exigir a la alcaldía y al estado colombiano que les permitan volver a su tierra, en vista de que lamentablemente sus deseos de querer mejorar sus condiciones de vida y buscar un futuro mejor para sus familias fue truncado por el COVID 19 y por el inhumano trato del estado colombiano.

¿Cómo llegaron?, ¿Quiénes son?, ¿Cuántos son? Y ¿Por qué llegaron?

A partir de la salida de sus coterráneos empezaron a llegar familias enteras a las afueras del terminal del norte, al 18 de mayo llevaban casi 8 días durmiendo en el piso, pasando frío, hambre, calor entre diferentes situaciones complejas de la convivencia en el lugar. Llegan de distintas partes del departamento: del oriente, del suroeste, del nordeste. El quedarse sin trabajo, dónde dormir y cómo conseguir la comida y aunque en su país las cosas siguen mal, prefieren eso a vivir en las calles colombianas muriéndose de hambre. Entre las 984 personas que habían al 15 de mayo hasta ese entonces, cerca de un centenar eran niños, decenas de mujeres embarazadas, personas discapacitadas, personas con problemas mentales; muchas se enteraron por redes sociales o contactos directos con personas que viajaron y poco a poco se fueron sumando a esta lucha por volver a su país. Estos últimos días algunos se han ido pagando a precios más allá de lo normal, pero aún quedan alrededor de 300.

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La alcaldía y su papel

Los relatos de varios de los venezolanos entrevistados coinciden en la falta de ayudas que le brinda la alcaldía tanto a los venezolanos como a los colombianos, que les ha tocado presenciar el caso de colombianos que viven condiciones similares. Por nuestra parte lo que hemos evidenciado a partir de los hechos de los gobernantes es que siempre el estado a los únicos que ha querido beneficiar es a los ricos del país dejando de un lado al pueblo, ya sea venezolano como colombiano, en últimas el pueblo es quien lleva del bulto.

Los relatos de estos habitantes del terminal del norte nos permitieron ver cómo “solo el pueblo salva al pueblo”, cuentan cómo lograron establecer unas mínimas pautas de convivencia que les permitían que las cosas marcharan de la mejor manera, algunos líderes y la participación de otros en las diferentes labores permitía que se llevara mejor la situación a pesar de las dificultades.

Existía también el temor que pudiese pasarles algo en la noche para lo cual también se organizaron y se cuidaban. El día de la entrevista cuando la estábamos terminando observamos su comida, arroz con lentejas y al indagar de cómo habían hecho, nos contaron que en una casa cercana un habitante de allí les ha colaborado, inicialmente con cierta reserva, pero posteriormente con más disposición, en un fogón pequeño cocinan lo necesario para el día cuando no logran conseguir de otras formas su alimentación, ese día habían pedido $500 por persona que quisiera acceder a la comida, quienes no podían darlos se les ayudaba, y con voluntarios lograron coordinar la elaboración de la comida.

Contaban como en medio de los duros días pasaban personas y se disponían a parar cruzándose la avenida para preguntar la razón de su estadía en el lugar. Algunos al escuchar la historia se solidarizaban de acuerdo a sus capacidades. Destacan el papel de apoyo de varias fundaciones impulsadas que los han apoyado. Destacamos dos hechos que conmovedores y nos hacen reafirmarnos en que el pueblo es quien de verdad se dispone a ayudar El primero es el papel de un médico quien se puso al servicio del pueblo pues al ver la problemática no pudo ignorarla. Se acercó a uno de los líderes indagó acerca de la situación, al escucharla prometió asistir al siguiente día, un poco con desconfianza el líder aceptó la posible ayuda, pero la sorpresa fue cuando efectivamente a primera hora de la mañana llegó con otro colega, revisó los niños y diferentes personas que lo requirieron, ofreció medicinas y elementos de aseo. El otro hecho que nos conmovió fue cómo al lugar donde llegó un colombiano pidiéndoles ayuda, contándoles de que él había perdido el empleo y lo habían tirado a la calle y no sabía qué hacer; ante la situación uno de ellos le contó que no podía ofrecerle mucho pues la situación de ellos era similar, sin embargo lo consultaron entre ellos, con un poco de temor, pues algunos de los venezolanos tenían cierto rencor y rabia contra colombianos que los habían echado de sus lugares, a pesar de lo anterior lo recibieron y le ofrecieron alimento cada vez que lo necesitaba. Así el pueblo venezolano demuestra nuevamente que sólo el pueblo salva al pueblo. Recientemente han tenido que elaborar carteles y apostarse en la autopista a solicitar ayudas pues los últimos ha desmejorado la situación, ya no les prestan el baño, les toca pagar $1.000 en un lugar cercano y muchos ya no tienen dinero. Ocasionalmente se para alguien a ayudar, pero estos días están comiendo casi una vez por día.

¿Y cuando lleguen a Venezuela qué?

¿Qué les queda a estas personas una vez emprendan el viaje? Más incertidumbre pues cuando los recojan los buses deben ir hasta Cúcuta, esperar allí por 5 días en un albergue para luego emprender el viaje a su país, en el cual los reciben en un refugio otro tiempo. Posteriormente los clasifican de acuerdo a las zonas donde viven y tienen que esperar que se llene el bus de la zona para la que van para que arranque el bus. Una vez llegan a la zona el estado designa un taxi para que la gente llegue a su lugar de destino. Jesús Alberto nos contaba que él calculaba su arribo a su casa para el 15 de julio. Además existe cierto temor porque así como en Colombia han sentido rechazo de algunos que en las redes les reclaman por venirse para Colombia, o de colombianos por irse para Venezuela, allá en Venezuela les reclaman por volver y no quedarse por fuera de su país. En todo caso dichos venezolanos solo tienen una meta y es llegar a su nación, tratar de sobrevivir allá y una vez todo pase evaluar cuál será su destino.

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