La obra “Violencia”, del pintor Alejandro Obregón, fue recientemente objeto y principio de partida de un análisis que sobre los orígenes y causas del conflicto armado en Colombia se llevó a cabo en la Universidad Nacional (UN) en desarrollo de la Cátedra de la Paz.
El ejercicio académico, que tuvo lugar durante uno de los paneles de la tercera sesión de esta importante iniciativa realizada el pasado sábado 29 de agosto, contó con la moderación del profesor William López, del Centro de Pensamiento de las Artes y el Patrimonio Cultural para el Acuerdo Social de la UN, y con las reflexiones de Carmen María Jaramillo, investigadora y curadora independiente de artes plásticas; Ivonne Pini, historiadora del arte y docente del Instituto de Investigaciones Estéticas, y de Álvaro Medina, historiador del arte pensionado de la UN.
Tras disertar en torno a la figura del pintor Alejandro Obregón y su significación en el ámbito de las artes plásticas y el mundo cultural, los panelistas compartieron sus apreciaciones acerca de la emblemática obra y su ubicación dentro de la iconografía del conflicto nacional. Al respecto, el profesor López mencionó que “Violencia es una imagen potente y es potente en varios sentidos. Potente porque, en algún sentido, interpreta el conflicto y porque, en algún sentido, marca un momento culminante del desarrollo de las artes plásticas en nuestro país”.
Por su parte, Medina explicó que la muerte es un elemento que está permanentemente en la obra pictórica de Alejandro Obregón debido a la situación violenta que, para su época, tenía al país sumido en la desesperanza. “Hacía una catarsis en relación con la situación de Colombia que se manifiesta, por primera vez, en el año 48 cuando pinta un cuadro relacionado con el 9 de abril y el asesinato de Gaitán. Un tema que va a retomar cuando en la dictadura de Rojas Pinilla se produce la matanza de los estudiantes de la Universidad Nacional”, aseguró.
“Cuando hablaba de política (Alejandro), lo hacía indignado. Tener que soportar lo que todos soportamos: una Colombia mal dirigida, mal gobernada, una Colombia que es una catástrofe”, enfatizó el historiador de arte al referirse al manejo simbólico de la violencia por parte de este pintor y a la sensibilidad evidenciada en sus obras.
Pini, por su parte, manifestó que la obra de Alejandro Obregón es netamente iconográfica, influenciada por Pablo Picasso, a quien el pintor emblemático conoció durante una segunda temporada de estadía en Boston. “La obra de Obregón es netamente iconográfica y tú puedes leer ícono por ícono, elemento por elemento y son elementos que tienen que ver con la historia del arte”, resaltó.
A su turno, Carmen María Jaramillo explicó que Obregón fue un personaje fundamental para el proceso de modernización del arte en el país. “Creo que Obregón es un personaje fundamental para modernizar, para hacer esas exposiciones en el Museo Nacional en un momento en que el Museo Nacional era muy conservador y él lograba hacer algo que era, por ejemplo, mostrar obras de estudiantes”, afirmó.
Similar apreciación compartió Pini, quien además dijo que existe un desconocimiento de otras figuras que abrieron paso al modernismo del arte en Colombia como Ignacio Gómez Jaramillo -uno de los grandes artistas que revolucionaron el Muralismo en Colombia- y Débora Arango, reconocida por plasmar en sus obras no solo los problemas sociales y políticos de la nación sino también la condición femenina, subvalorada por ese entonces.
Finalizando este panel y con el que se cerró la tercera sesión de la Cátedra, Medina dejó una reflexión para el auditorio tras formulársele una pregunta relacionada con el papel de la producción de las artes contemporáneas jóvenes en la interpretación de temas como el conflicto y el posconflicto. “Llevamos casi 70 años de violencia, 69 para ser exactos, y todavía los artistas están trabajando el tema, entonces vamos a tener para rato, y como se está trabajando mucho con base en la información yo simplemente les diría a los artistas: ojo con la información, porque es muy manipulada, no es confiada”.
El primer panel de esta sesión -dedicado a explicar el génesis del conflicto armado- contó con los aportes de María Emma Wills, del Centro Nacional de Memoria Histórica; Jorge Giraldo, de la Sociedad Colombiana de Filosofía y quien hizo parte de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, y Francisco Gutiérrez, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la UN, bajo la moderación del profesor Marco Romero, del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz.
La Cátedra de la Paz, enmarcada en la tradicional Cátedra de Sede Manuel Ancízar, inició el pasado 15 de agosto en la Sede Bogotá de la Universidad Nacional y su organización, desarrollo y liderazgo se encuentra a cargo de las facultades de Artes, Medicina, y Derecho, Ciencias políticas y Sociales, así como de los centros de pensamiento de las Artes y el Patrimonio Cultural para el Acuerdo Social y el de Seguimiento al Dialogo de Paz, instancias que, por primera vez en la historia de la UN, unieron sus esfuerzos para crear una iniciativa al servicio de la paz colombiana.
