Así titulamos en Blu Radio el tema central de “En Blu Jeans” el pasado sábado. La frase vino del prestigioso neurocirujano Dr. Remberto Burgos De la Espriella, a quien invitamos para hablar sobre cómo funciona y cómo cuidar el cerebro, pero quien para cerrar la entrevista dijo que “la peor enfermedad neurológica en Colombia es la corrupción”, y ya les explico por qué.
Es que el revuelo que causó la foto de Emilio Tapia, uno de los más grandes corruptos de los últimos tiempos, rumbeando libre en Barranquilla como si no hubiera hecho nada en la vida; como si a todos se nos hubiera olvidado que es ladrón estrella del agujero negro del universo político colombiano. Pero así son todos esos corruptos de cuello blanco, literalmente unos “sin vergüenza”.
Para nadie es un secreto que estos hampones hacen todos los cálculos: cuánto se van a robar; de eso que se roban, cuánto les vale el abogado defensor, el juez y al que toque pagarle (cosa muy fácil en este país), y -finalmente- cuánto tiempo real se les va en la prisión domiciliaria, con todas las rebajas y las triquiñuelas que permite la justicia colombiana por buen comportamiento, o porque ya cumplió las tres quintas partes de la condena y tiene derecho a libertad condicional, beneficio del que goza Tapia desde agosto del 2019, otorgado por el Juzgado Primero de Ejecución de Penas de Barranquilla. Como se publicó en los medios, el contratista había sido condenado en 2015 a 17 años de cárcel por los delitos de cohecho e interés indebido en la celebración de contratos, pero en 2016 el Tribunal Superior de Bogotá le redujo la condena a 7 años. Ni siquiera Samuel Moreno y su hermano tuvieron tanta suerte.
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Los sinvergüenzas que se roban los subsidios de la alimentación de los niños, están creando cerebros desnutridos irrecuperables
____________________________________________________________________________________________Pero volviendo a la teoría del Dr. Burgos, quién dio origen a esta columna, él asegura de manera muy interesante que “la enfermedad neurológica más importante que tiene este país se llama corrupción, porque dividido el tema en cuatro grupos, resulta sencillo de explicar”. Cuenta el neurocirujano que “el desarrollo del cerebro es impresionante en los dos primeros años de vida y no vuelve a haber otra oportunidad igual; “es como un premio de montaña en el ciclismo, y aunque el cerebro no para de desarrollarse hasta los 25 años, no es lo mismo que durante ese lapso. Entonces, el primer grupo lo constituyen los niños que están en la primera infancia y que por cuenta de “los sinvergüenzas que se roban los subsidios de la alimentación de los niños, están creando cerebros desnutridos irrecuperables. El segundo grupo es la adolescencia, que se ve afectada por los que se roban los subsidios de las actividades recreativas, incentivan el uso de tóxicos y están construyendo ciudadanos adictos. Los grupos tercero y cuarto, no tienen asistencia médica. Es que se roban la plata de las construcciones… se roban todo”, dijo.
Y a esto se suma la todavía existente “complicidad social” de la ciudadanía por negligencia, por costumbre, por lo que sea, y las manifestaciones de personas que son capaces de publicar con orgullo fotografías al lado de los corruptos, con acotaciones alusivas al delito, sin un tris de decoro, tal como se le vio al folclorista vallenato Álvaro Alcides Álvarez quien se fotografió con Tapia y lo publicó en su Instagram @alvarotriplea con el comentario: "Recuperando mis amigos que me reconocen a leguas #Emiliotapia , EL HOMBRE DE LAS CARRETERAS". Dice el periódico El Tiempo que “aunque la fotografía estuvo pública por varias horas en la cuenta de instagram de Álvarez, en las últimas horas él cambió su cuenta a una privada”. Pues ahí sí es que no hay vergüenza de ninguna clase y de ninguna de las partes.
Con una sociedad cómplice y una justicia tan inoperante y floja, apague y vámonos.
¡Hasta el próximo miércoles!
