El martes 5 de noviembre recibimos una sorpresa: en el mes de octubre, la inflación fue negativa en -0,26%y en el acumulado de los últimos doce meses va en 1,84%, siendo el más bajo desde 1955, cuando fue 1,44%. El ministro Cárdenas sacó pecho y se ufanó de que Colombia tiene la inflación más baja del continente, perono deja de ser paradójico que por otro lado tenemos el subempleo e informalidad más altas de la región, con casi el 55% de los que participan en el mercado laboral y el 57% por fuera del sistema de seguridad social, mientras el promedio de América Latina es el 48%, ¿Cómo se relacionan estas dos variables?
El IPC es un indicador mensual que integra y pondera una canasta de bienes y servicios básicos de consumo de los hogares y mide la subida y bajada de los precios relativos y sirve de referente para determinar el salario mínimo, pensiones, multas, sanciones, demandas e incluso la contratación estatal. La estructura del IPC comprende alimentos, transporte, salud, educación, vestuario, diversión, transporte, comunicaciones, entre otros.
Por su parte, el Banco de la República es la entidad encargada constitucionalmente de mantener la capacidad adquisitiva e inflación bajo control, no obstante esta prioridad la ha convertido en una torre de marfil desconectada de las problemáticas estructurales de la economía, de las sociales de empleo y costos financieros de las empresas, sólo preocupada por la inflación que luce lejana en la mayoría de hogares sin empleo formal ni ingresos suficientes para su canasta familiar. Ha sido un incentivo perverso la reforma constitucional al Banco de la República en 1991, al priorizar el control a la inflación y “mantener capacidad adquisitiva” sobre el pleno empleo, mejor distribución del ingreso y garantizar la transmisión de canal de crédito, sin considerar que el funcionamiento de economía es multivariable y controlar una sola variable no garantiza el mejor desempeño de la economía.
Durante los últimos doce meses, la inflación fue 1,84% y los rubros que más estabilidad han mostrado son diversión (-0,32%), vestuario (0,5%), y alimentos (1,08%), mientras los que más han subido son los bienes públicos que deben ser universales para nivelar el bienestar colectivo: educación (4,37%) y salud (4,07%). No sirve una inflación de 1,84%, si tenemos en subempleo, desempleo y pobreza al 55% de población; es decir, los precios bajan por la demanda agregada insuficiente y se convierte en un peligroso círculo vicioso.
Con la inflación negativa o deflación de -0,26% en el mes de octubre de 2013 hay que referenciar la curva de Phillips y analizar si ha implicado sacrificio en empleo. La curva de Phillips diseñada en 1959 por el economista neozelandés William Phillips, representa una curva de pendiente negativa que relaciona la inflación y el desempleo. Él estableció que existía una correlación negativa entre la tasa de desempleo y la inflación, de manera que cuando el desempleo era bajo, la inflación tendía a ser alta y al contrario que en los periodos en que el desempleo era alto, la inflación tendía a ser baja; es decir, es una curva con pendiente negativa. La curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo y sugiere que una política dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo. Por tanto, cierto nivel de inflación es necesario a fin de minimizar éste. La curva de Phillips relaciona la inflación con la profundidad del mercado laboral y es inversa, entre menor inflación más desempleo.
No olvidemos que Japón lleva más de 20 años sin crecer más del 3% por trampa de liquidez que hace quela política monetaria se anule debido, entre otras cosas, a deflación en sus precios o inflación por debajo del 1,5%. La deflación es mala porque hace que los consumidores y demandantes pospongan sus compras, al tener la expectativa de que el precio del bien o servicio va a bajar y de esta manera los inventarios, capacidad instalada y oferta de algunos productos sea subutilizada. Con base en los movimientos y tendencia negativa de la balanza comercial en los últimos meses, se puede inferir que la inflación bajó 0,26% en octubre por mayor presencia de importados cubriendo consumo de hogares y demanda agregada decreciente de hogares que ven la canasta en alacenas de supermercados pero no tienen capacidad para comprar.
Como nos dijo James Robinson, en Colombia hay mucho tecnócrata con teorías anglosajonas irrelevantes que no aplican para nuestra economía y sociedad, y no nos permite escalar en desarrollo. Últimamente, las juntas que realiza el Banco de la República mensualmente sólo le interesan a los especuladores que juegan con los TES atados a tasa interbancaria y UVR, ya que las decisiones de oferta monetaria no transmiten canal de crédito a la mayoría de empresas y no influyen en el empleo y la distribución del ingreso.
Lastimosamente no podemos celebrar la inflación del 1,84% en doce meses corridos , con un subempleo y desempleo en 55%, mientras el promedio regional es 48%. Tiene mayor impacto para reducir pobreza, bajar la desigualdad 2% o subir 2% impuestos progresivos que mejoren bienes públicos y garanticen los mínimos vitales en educación y salud para el bienestar colectivo, que anclar la inflación en 2%. Ojalá en unos años podamos decir que negamos la hipótesis de William Phillips y logremos tener inflación baja y pleno empleo, pero lastimosamente las dos cifras en este momento se contradicen plenamente al ser por un lado, los que tenemos el “costo de vida” más bajo de América Latina pero con el subempleo y desempleo más altos.
MSc. Ernesto Bettín Jaraba
Economista Consultor
@ErnestoBettinJ