La llegada de Rodolfo Hernández a la Alcaldía de Bucaramanga dejó al barón electoral de Santander sin juego político. Santander había sido un fortín liberal en el que el senador Horacio Serpa mandaba a su amaño sobre todo en los dos últimos gobiernos de Luis Francisco Bohórquez, y el de Fernando Vargas Mendoza. Tenía manejo a través de recomendados suyos de Metrolínea, el acueducto, el tránsito, el relleno sanitario y de el sector social en donde incidida en nombramientos y contratos.
El arma que le ha quedado para acorralar al alcalde Hernandez es el concejo municipal en el que tiene 11 de los 19 miembros y con esta mayoría logró hacer elegir a Jorge Gómez Villamizar contralor de la ciudad. Un puesto extraño para un político curtido que llegó a ser congresista, pero que es de gran utilidad para presionar al alcalde y a su gabinete, en el que no hay ningún serpista. El alcalde Rodolfo Hernández sigue firme en su campaña anti-corrupción con una aceptación superior al 80% a pesar del co-director del Partido liberal.