Desde su nacimiento hace 71 años, la Universidad de Medellín ha izado las banderas del Partido Liberal. En 1950 un grupo de antioqueños encabezados por Bertulfo Agudelo y su primo el reconocido político Hernando Agudelo Villa le dieron vida a una de las instituciones educativas de Antioquia más reconocidas y que hoy cuenta con el quinto patrimonio más grande del país entre las universidades privadas. Esto, sin lugar a duda, la convirtió en un fortín muy atractivo y un escenario de una constante puja entre dos bandos liberales liderados por el del senador liberal Iván Agudelo y el del exrector Néstor Hincapié junto a su pareja la concejal Aura Marleny Arcila.
El senador Iván Agudelo —hijo de Bertulfo Agudelo— se graduó del alma mater familiar como abogado y se especializó en derecho laboral en la misma institución. Su camino lo forjó en sus pasillos y durante ocho años, entre 1998 y 2006, fue profesor de cátedra, hasta que decidió apostarle a la política un año después, con el respaldo del entonces rector Néstor Hincapié. El estreno le resultó: llegó a la Asamblea de Antioquia con 16.266 votos. Desde entonces Agudelo ha ido ascendiendo políticamente y amasando un capital electoral importante en el departamento que lo ha convertido en un aliado estratégico, algo que el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, sabe de primera mano.
En 2010, Agudelo renunció a su puesto en la Asamblea para aspirar al Congreso, y no le fue nada mal. Llegó a la Cámara de Representantes encabezando el grupo de “liberales de la Universidad de Medellín” con 22.022 votos y en 2014 repitió curul con una de las votaciones alta, a nivel nacional: 41.000 votos. Agudelo se sabía cacique, tanto que para 2018 saltó al Senado obteniendo la décima votación del Partido Liberal —67.000 votos— y la segunda en Antioquia, solo superado por el senador Julián Bedoya, también exalumno de la Universidad de Medellín. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, rompió con su jefe, mentor y apoyo político, Néstor Hincapié, quien había sido el rector durante veinte años, para jugar con candidatos propios en las elecciones de 2018. Esta ruptura marcó el final de una relación política de diez años entre Agudelo y los “liberales de la Universidad de Medellín”.
Néstor Hincapié Vargas poco tiene que ver con la academia. Es un cacique político de El Peñol, Antioquia, que asumió la rectoría de la Universidad de Medellín en el 2000 y durante sus dos décadas en el cargo pusoa la institución al servicio de los intereses políticos del Partido Liberal, aprovechando la reforma estatutaria de 1993, que determina que una asamblea formada por 100 egresados, conocidos como el Grupo de los Cien, con el poder para intervenir en el presupuesto, otros temas relevantes pero sobre todo elegir los miembros de la Consiliatura de esta poderosa universidad. Esta cuenta con un patrimonio de $913.778.250 millones, solo por debajo del Externado, la Pontificia Universidad Javeriana, la Pontificia Universidad Bolivariana y la Universidad de Los Andes. Hincapié supo mover sus fichas para colocar personas allegadas en posiciones claves.
La ruptura de Iván Agudelo su antiguo jefe, Néstor Hincapié tuvo un efecto inmediato: la Universidad se movió políticamente para apoyar a Julián Bedoya, que resultó una movida desafortunada pues en enero de 2020 fue denunciado por recibir su título de abogado, precisamente de su alma mater, de manera fraudulenta, un escándalo que cobró la cabeza del rector Hincapié un mes después y con un proceso judicial en su contra.
Julián Bedoya también ha sido un elector liberal de peso en Antioquia. Aunque comenzó sus estudios de derecho en 2001 en la U de Medellín, le dio prioridad a la política y abandonó la carrera. Pero en 2018 regresó a las aulas para tener el cartón y en apenas cuatro jornadas, entre octubre de ese año y febrero de 2019, presentó 17 exámenes, entre especiales, de suficiencia y preparatorios; incluso llegó a presentar hasta siete pruebas en un mismo día.
Las denuncias del periodista Juan Pablo Barrientos llevaron a la Fiscalía a investigar al rector Néstor Hincapié, a la Procuraduría y a la Corte Suprema de Justicia a indagar la situación del senador y al Ministerio de Educación a poner en duda la acreditación de la Facultad de Derecho, la más importante y antigua de la universidad.
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Néstor Hincapie se vio forzado a renunciar después de 20 años en la rectoría y arrastró con él a los tres profesores que ayudaron a Bedoya a obtener su título falso aprobando sus exámenes y validando las irregularidades. La actual pareja de Hincapié, la concejal Aura Marleny Arcila Giraldo, quien es contadora pública y especialista en Políticas y Legislación Tributaria de la U. de Medellín, también terminó golpeada por el escandalo Bedoya. Había logrado un puesto en la Consiliatura que tuvo que dejar al momento del retiro del rector. Lo que si ha podido aún conservar es su asiento en la junta directiva de la Bolsa de Valores de Colombia en la representación de la universidad que tiene inversiones en distintos títulos hasta por $314.8 millones.
Con la salida de Hincapié de la rectoría, Iván Agudelo tomó mucha más fuerza dentro de la universidad y movió ese apoyo hacia el alcalde Daniel Quintero. El senador liberal se la jugó políticamente apoyándolo en campaña cuando buena parte del liberalismo local ya se había decidido por Alfredo Ramos. Fue él quien lo llevó nuevamente a Medellín y lo dio a conocer después de que Quintero hiciera carrera en Bogotá de la mano de David Luna. La apuesta de Agudelo dio sus frutos e incluso fue el único político que se subió a la tarima de Quintero cuando ganó las elecciones en 2019.
Agudelo ha intentado convertirse en el senador de la ciencia y la tecnología y como tal fue autor de la ley que creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y le tramitó al alcalde Quintero en el Congreso el Acto Legislativo que otorgó a Medellín la calidad de primer Distrito especial de Ciencia, Tecnología e Innovación.
A cambio Quintero le ha dado varios puestos dentro de su administración. Además de muchos cargos menores y del secretario de Movilidad, Carlos Mario Mejía, el alcalde también nombró a Alexis Mejía —que fue candidato al concejo, pero no le dieron los votos— en la Secretaría de Participación Ciudadana y a Richard Serna Maya, ocupa la gerencia de Terminales Medellín con el sello de Agudelo.
Finalmente, dos de los tres profesores involucrados en el título falso del senador Bedoya terminaron con contratos en la alcaldía. John Mario Ferrer Murillo firmó en nueve meses tres contratos con la administración para la “gestión jurídica de la Secretaría de Suministros y Servicios”. Por su parte, Juan Felipe Hernández Giraldo fue nombrado secretario general de la Empresa de Seguridad Urbana (ESU). Según el portal Vorágine, la ESU está en manos del senador Bedoya, quien logró poner en la gerencia a Edwin Muñoz Aristizábal.
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Lo paradójico de la pelea entre los dos sectores liberales es que perdieron el manejo de la Universidad de Medellín, que tiene como rector al ingeniero Federico Restrepo, uno de las personas más cercanas a Compromiso Ciudadano de Sergio Fajado, quien fue escogido por Top Management, la reconocida firma caza talentos contratada por la Consiliatura, por su trayectoria profesional en un afán de las directivas por separar la universidad de la pugna política y de los titulares de prensa. Pero como si la U de Medellín estuviera marcada por un sino, al actual rector Federico Restrepo le cayó el peso de su paso por la gerencia de EPM en la alcaldía de Alonso Salazar y está cobijado por el fallo de responsabilidad fiscal de $ 4.3 billones, emitido por la Contraloría general por el descalabro de Hidroituango. Por lo tanto, el plan trazado por las directivas no parece fácil.