La ministra Susana Muhamad interpuso una demanda que el Consejo de Estado admitió en contra de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) buscando anular la Resolución 20237000994d de su director Alfred Ballesteros del 28 de diciembre del año pasado en la que autorizaba la ampliación de la avenida Boyacá desde la calle 183 hasta la calle 235; una obra definitiva para descongestionar el norte de la ciudad.
La que aparentemente es una pelea jurídica generada en un silencio administrativo por parte de la CAR puede tener graves consecuencias para Bogotá como lo advirtió el alcalde Galán. El Ministerio de ambiente pide además de la nulidad, la vinculación de la fiduciaria Bogotá S.A, quien administra el fideicomiso Lagos de Torca y dueña de la Licencia ambiental expedida por la CAR, al igual que terceras personas interesadas en la parte procesal.
La Ministra quería ir lejos y le había pedido al Consejo de Estado medidas cautelares para suspender provisionalmente la Licencia, pero no lo consiguió
El Alcalde considera la actuación una intromisión en las decisiones del Distrito especial de Bogotá en una obra estratégica para estratégica para la Movilidad de la capital. “Haremos todo lo que esté en nuestras manos para hacer respetar la autonomía de Bogotá (…) La ciudad no se puede quedar trabada, no la pueden encerrar, creando una especie de plan candado que impida que la ciudad pueda movilizarse puntualizo Galán Pachón.
De inmediato la Minambiente Susana Muhamad no se retractó y le hizo un llamado al Alcalde Carlos Galán que trabajen de forma conjunta en las decisiones de ordenamiento ambiental. Y llamó a trabajar juntos, aunque le recordó que el Ministerio de Ambiente es la cabeza del sistema nacional ambiental y que la normatividad no se le aplicó a una reserva regional fundamental para la estabilidad climática de la sabana de Bogotá. "Consideramos que la avenida Boyacá como está planeada va a generar graves perjuicios para toda la sabana de Bogotá".
La posición del Ministerio pone al descubierto la tensión entre obras de infraestructura necesarias para el desarrollo de las ciudades y sus efectos ambientales, algo en Susana Mohamed es radical y parece no estar dispuesta a ceder, recurriendo a los recursos legales que tenga a su disposición.
El tema de la reserva Van der Hammen ha estado siempre en el corazón de la expansión de Bogotá hacia al norte que toca las áreas de conservación como humedales y nacimientos de agua, así como bosques y áreas verdes que los ambientalistas están convencidos toca respetar por encima de cualquier consideración de desarrollo urbano.
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