Antes de terminar la noche del sábado, Semana.com publicó la tradicional columna dominical de Daniel Coronell. La criminalización del que investiga, título del artículo, revisaba la actitud amenazante de Uribe contra el columnista de El Espectador, Yohir Akerman, y recogía todo el prontuario de la familia Uribe en las últimas décadas en Colombia.
Con ello, Coronell no buscaba hacer un recetario de las conocidas acciones de la familia del expresidente, sino mostrar cómo, ante la denuncia sólida, el expresidente se vale de la injuria frívola para enrostrar a cualquiera que en este país se atreva a malhablar de los suyos.
La columna de Coronell terminó de la siguiente forma: “Así es que ustedes ya saben lo que viene después de esta columna”.
Y efectivamente, esta mañana las cuentas de Twitter de Uribe y Coronell se convirtieron en la tribuna desde la que se pronunció el país. Y por supuesto, ellos mismos. Uribe afirmó inicialmente que Coronell había tenido nexos con el extraditado narcotraficante Justo Pastor Perafán. “Daniel Coronel se salvó de que yo lo extraditara por ser socio de Perafán (narco preso) y dice que lo perseguí”, afirmó Uribe en uno de sus muchos trinos.
Durante la mañana, Daniel Coronell se limitó a responderle a Uribe retuitiando mensajes en contra del expresidente. Y una que otra vez trinó personalmente.
Unas de las pocas respuestas de Coronell fueron estas: “¿Señor expresidente @AlvaroUribeVel usted ha usado la extradición para deshacerse de los que le resultan incómodos?” y seguidamente apuntó: “¿Quién le dijo al señor expresidente @AlvaroUribeVel que podía usar la extradición discrecionalmente para deshacerse de voces molestas?”.
La pelea de Coronell dio pie para que posteriormente se diera un cruce de mensajes entre Petro, que se ha convertido en un cazador de peleas. Y Vicky Dávila.
La exdirectora de la FM trinó: “Hacer trabajo como toca en periodismo se volvió un problema en Colombia. ¡@AlvaroUribeVel respete!”. Y Petro, recordando la antigua afinidad de Vicky Dávila, compartió el trino acompañado de un lacónico mensaje: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, dijo.
Y ardió Troya, o mejor, el Twitter de Vicky Dávila. Ella respondió en tres mensajes contundentes: “Espero que Ud tan intolerante con los periodistas y las críticas nunca sea presidente de Colombia. ¡Qué miedo!”; “Yo a usted le tengo miedo. Porque no sé de qué es capaz. Como alcalde de Bogotá lo conocí”; “Siempre lo tuve en buen concepto hasta que descubrí lo intolerante y egocéntrico que es. Un presidente así no sirve”.
Así ha avanzado este domingo en Colombia. Unos contra otros y otros contra otros. Que se nos permita esta reflexión: desde hace años estamos acostumbrados a este espectáculo dominical. La prensa contra el poder y el poder contra la prensa.
Desde una mirada amplia, Petro y Uribe, ideológicamente distantes, quedaron por esta jornada en la misma acera. Uribe, como lo anunció Coronell, brilló por sus letanías amenazantes. Y Petro, por sus salidas en falso.
Lo mismo pasó con Vicky Dávila y Daniel Coronell. La primera —siempre tan acomodaticia— hablando desde la ética que le sobrevino después de su salida de La FM; Y Coronell —siempre argumentado, siempre sereno— dándonos clases de cómo se debe hacer periodismo de denuncia.
Sin embargo, a nosotros nos queda la penosa sensación de que los cuatro hablaron desde la comodidad de sus nombres y de que en Colombia la prensa no es la verdad, ni Petro y Uribe el Pueblo.
@victorabaeterno