La operación Jaque comenzó incluso antes de que Juan Manuel Santos fuera ministro de Defensa de Álvaro Uribe Vélez. Y fue esa misma operación la que le dio el protagonismo que necesitaba para llegar a la Presidencia de la mano de su mentor. En el momento de más tensión, Santos casi pierde la cabeza esperando el código de confirmación que el piloto del helicóptero le enviaría cuando por fin estuviera en el aire con Ingrid Betancourt, los tres norteamericanos y 11 soldados rescatados del secuestro de las FARC. Tras el aterrizaje del helicóptero, no debían pasar más de 15 minutos hasta que volviera a despegar, pero todo comenzó a dilatarse sin razón alguna. Solo cuando por fin recibió el código de confirmación, Santos respiró y lo primero que hizo fue enviarle un mensaje a su esposa Tutina, que se encontraba en Francia, contándole de la buena nueva.
Juan Manuel Santos apareció en todas las pantallas y periódicos recibiendo a Ingrid Betancourt, quien bajaba de un avión con por lo menos 10 kilos menos tras 6 años de secuestro. Después de eso, su fama de estratega militar lo impulsó políticamente con la bendición del propio Presidente, que ya pensaba a quién le entregaría la batuta del poder.
Sin embargo, 11 años después las versiones parecen haber cambiado. Con Uribe y Santos en las orillas opuestas, el protagonismo de la operación, según el expresidente Uribe, no lo tuvo su ministro, quien ni siquiera habría estado en el país durante su desarrollo.
La tenacidad que ha querido mostrar Santos durante la operación, su firmeza a la hora de tomar decisiones y su convicción en lo que estaba haciendo, fue puesto en tela de juicio por Uribe, quien aseguró que si las Farc develaban el plan, habría que dejarlos regresar con los secuestrados a las profundidades de la selva. Uribe tenía otra carta bajo la manga, un plan B que solo él y el general Padilla de León, entonces comandante de las Fuerzas Armadas, conocían.
Uribe quiso entregarle a Santos todo el protagonismo de la operación para impulsarle su carrera política. El entonces presidente prefirió continuar con su agenda política y rechazó las invitaciones de los altos mandos militares para ser él quien debía recibir a Ingrid aquel 2 de julio de 2008. Hoy Uribe se arrepiente de todo porque según él eso sirvió para que se le entregara poder al "terrorismo".
Esta es la versión del expresidente Uribe sobre lo que fue la figura de Juan Manuel Santos hace 11 años:
Once años de Jaque
Primó el Estado pero el beneficiario político hizo que después primara el terrorismo.
Nada tuvo que ver el Ministro, estaba en el extranjero, cuando regresó fue a mi oficina con el General Padilla de León a decirme que si la Farc develaba el plan, e impedía que Ingrid y los demás abordaran el helicóptero de rescate, se debería permitir que los retornaran a la selva. Le contesté que de manera ninguna, que además estaban muy enfermos, que bajo mi responsabilidad entrara a operar el plan B.
En efecto, yo había sugerido al General Padilla de León que tuviera un grupo entrenado que a la mínima señal llegara y estableciera un cerco humanitario, ni tan cerca que los secuestradores dispararan, ni tan lejos que se evadieran con los rehenes.
Sobre la posibilidad del cerco humanitario, aislado de la operación secreta, comenté al Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Bernard Kouchner. Nada le manifesté del operativo en marcha.
Me contestó que estaría listo para venir a negociar la liberación si se hiciera el cerco humanitario, incluso me pidió llamarlo a su casa de París. Después lo llamé a dar la buena noticia. El plan lo preparó un grupo de nuestras fuerzas bajo la dirección del General Mario Montoya.
Estuve buscando la liberación de los secuestrados desde el día que inició el Gobierno, agosto de 2002. Los altos mandos me invitaron a recibir a Ingrid, dije que lo hicieran ellos y que el Ministro lo necesitaba para su futuro político. Aquel día continué la agenda, asistí a la reapertura del hospital Lorencita Villegas que había sido cerrado tiempo atrás.
Yo estaba listo para salir ante cualquier dificultad, como lo hice dos meses antes a raíz del bombardeo al terrorismo invasor de la hermana Ecuador. Esta acción eliminó el control que ejercía Raúl Reyes sobre la comunicación entre Jorge Briceño (Mono Jojoy), cabecilla de actos terroristas, y Farfán (Gafas), carcelero responsable de mantener en cautiverio a los secuestrados.
Ya sin esa intermediación fue efectivo el libreto de la inteligencia del Estado que llevó al rescate. Ingrid y los liberados le hablaron al país aquella noche desde la Casa de Nariño, actué como coordinador para asignar el uso de la palabra. Ante la repetida pregunta de por qué no aparecí en la foto con Ingrid, bajando del helicóptero y apareció el Ministro, he contestado que esa foto simboliza uno de mis principios: delegar éxitos y asumir dificultades.
Primó el Estado pero el beneficiario político hizo que después primara el terrorismo.