En unos pocos años Argentina puede estar produciendo un millón de barriles de petróleo por día mediante fracking. La clave está en su joya de la corona energética, Vaca Muerta una formación de hidrocarburos no convencionales de 36.000 kilómetros cuadrados en la Patagonia algo así como una Suiza o los Países Bajos. Se extiende por cuatro provincias entre ellas Neuquén y Rionegro y es la segunda reserva más grande del mundo en gas y la cuarta en petróleo no convencional. El que se extrae por fracking.
Si no hay una pandemia mundial, si la industria petrolera no tiene sobresaltos, si las condiciones macroeconómicas de Argentina no son críticas y la política no tiene cambios dramáticos, si se logra superar las limitaciones, se podría llegar al millón de barriles un poco antes del 2030, dicen los expertos. Y después de una década de caída en la producción de petróleo, Vaca Muerta lograría el premio gordo de reducir la dependencia de las importaciones y convertir a Argentina en exportador neto de petróleo. Le entrarían USD 20.000 millones en ingresos que ayudarían a borrar los números rojos y no tendría que volver a pagar con yuanes prestados por China las cuotas de su deuda con el Fondo Monetario Internacional.
La nación no solo podría superar su déficit crónico de divisas, sino convertirse en actor clave en el mercado petrolero regional y mundial, con exportaciones a vecinos como Brasil, Chile y Perú, así como a Estados Unidos y Europa. Vaca Muerta entraría a las grandes ligas de producción de fracking junto con Bakken o Eagle Ford de Estados Unidos. Localmente, la explotación de sus 16.000 millones de barriles de petróleo y 308 billones de pies cúbicos de gas incrementarían las reservas probadas del país más de 8 veces y aseguraría el consumo de gas y petróleo para los próximos 150 y 85 años respectivamente.
En mayo la producción de shale oil alcanzó en Vaca Muerta los 305.000 barriles diarios, según la Secretaría de Energía. Se trataría de triplicarlos. La producción ahora va en aumento, alrededor del 60 % en las empresas multinacionales que allí operan y del 40 % para YPF la estatal petrolera que tiene la mayor participación. El crecimiento es impresionante pero no extraordinario, considerando que su desarrollo es relativamente joven y comenzó solo hace unos años y volvió a tomar impulso en el 2021, cuando se salió del covid-19. La calidad del petróleo es alta y la producción de cada pozo supera ampliamente la de los principales yacimientos de fracking de Estados Unidos.
¿Qué petroleras están en Vaca Muerta?
Los grandes operadores de Neuquén están encabezados por la estatal YPF que tiene el 42 % del área, la provincial Gas y Petróleo del Neuquén con 12 %, y el 46 % restante se distribuye entre multinacionales y empresas privadas argentinas. Entre las extranjeras ExxonMobil, uno de los grandes jugadores en la emblemática cuenca de Permian en Estados Unidos está invirtiendo USD 75 millones para hacer un oleoducto en el norte de Neuquén para transportar 60.000 barriles por día.
Chevron, otra de las grandes petroleras estadounidenses que como Exxon fueron fundadas a fines del siglo XIX, tuvo la segunda producción en Neuquén el año pasado y se ha comprometido a invertir USD 500 millones en Vaca Muerta recibiendo a cambio el derecho a comercializar libremente en el mercado externo el 20 % de su producción con 0 % de derechos de exportación.
Entre las extranjeras también está la malaya Petronas, acrónimo de Petroliam Nasional Berhad, fundada en 1974, que ha impulsado su producción tras aliarse con YPF en la zona La Amarga Chica. Y Shell, que le vendió a ConocoPhilips sus activos de Permian por USD 9.500 millones en efectivo y está ahora en esta rica formación de la Patagonia.
Los multimillonarios argentinos también le han apostado a Vaca Muerta. El grupo italo-argentino Techint tiene Tecpetrol cuyo CEO es Paolo Rocca, nieto del fundador Agostino Rocca, poseedor de una fortuna avaluada entre USD 5.000 y USD 6.000 millones. Opera el yacimiento de gas no convencional Fortín de Piedra, en Vaca Muerta, desarrollado en 18 meses, con una inversión ejecutada de USD 2.000 millones.
Los Bulgheroni tienen Panamerican Energy, PAE. Es una de las familias más ricas de Argentina. Carlos y Alejandro lideraban el grupo que ahora está en cabeza de Alejando poseedor de una fortuna de USD 1.900 millones – tiempo real Forbes- , tras la muerte de Carlos en 2016. Marcos, el hijo de Carlos es el CEO del grupo. PAE tiene como accionistas a los Bulgheroni con Bridas, a la británica BP y la empresa china Cnooc. En Vaca Muerta están produciendo 10.800 barriles diarios con incrementos superiores al 60%.
Miguel Galuccio, ex -CEO de YPF ahora lo es de su petrolera Vista. Compró la participación que tenía la alemana Wintershall ampliando fuertemente su presencia en Vaca Muerta, con un crecimiento de 59 % en la producción el año pasado.
Pluspetrol pertenece a Edith Rodríguez de Rey, otro de los empresarios argentinos más ricos. Es la mujer de Luis Alberto Rey, el ingeniero que fundó la petrolera y su patrimonio alcanza los USD 1.200 millones.
Las cuentas del millón
Para llegar al millón de barriles lo que se necesita es un salto de escala en la actividad, tanto en la parte de inversión para hacer nuevos pozos por parte de las operadoras, como también por parte de las empresas de servicio para poder traer los equipos, lograr el aprendizaje del personal y sobre todo, lograr la infraestructura para transportar el petróleo.
Se impone en la agenda, buscar una solución de corto plazo a la necesidad de financiamiento en dólares para adquirir 30 equipos de perforación que valen USD 40 millones cada uno y seis de fractura, cuyo set cuesta USD 50 millones.
El cuello de botella podría ser el transporte. La industria y el gobierno tienen muy clara la situación y por eso se está permitiendo la ampliación de oleoductos y la construcción de otros nuevos, para incrementar la capacidad de evacuación. Un proyecto en el que ha puesto todo su interés YPF para sacarlo en muy corto plazo es el llamado Oleoducto Vaca Muerta Sur de 700 km que permitirá transportar unos 340.000 barriles diarios hasta el futuro puerto netamente exportador de Punta Colorada, en Río Negro, que de concretarse será uno de los más grandes de Sudamérica. Con esto se resolvería el cuello de botella de transporte.
Lo demás es la voluntad política, que no parece ser talanquera. Vaca Muerta es uno de los pocos consensos en la Argentina de la división. La economía lleva el ritmo de cada gobierno, pero la explotación de este petróleo patagónico ha sido siempre la prioridad de todos. Lo que resta es muy importante y se llama efecto ambiental, cambio climático, huella de carbono. Que será una segunda parte de esta nota.
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