Los escándalos alrededor de la hidroeléctrica de Urrá en el departamento de Córdoba no paran. Esta protagoniza además un problema serio nada menos que con el consorcio chino Lux Power 2022.
El 26 de octubre de 2021 se firmó con bombos y platillos el contrato de construcción del Parque solar Urra con el consorcio Lux Power 2022 integrado por las firmas Luxim Colombia International Group y Power China International Group, la mega productora china de paneles solares.
En presencia de la Junta Directiva de la hidroeléctrica se protocolizó el contrato con la firma de Rafael Piedrahíta –representante legal de Urra- y el administrador en negocios internacionales Christyan Martínez por el consorcio chino. Dos meses después, el 21 de diciembre tomaría las riendas de la hidroeléctrica, Rafael Amaya del Vecchio a quien le correspondería la ejecución del proyecto. .
El consorcio chino accedió al proyecto por vía de subasta y su compromiso era realizar el diseño, montaje, operación y mantenimiento del parque solar que se construiría en las proximidades de la hidroeléctrica URRÁ en el municipio de Tierralta. Córdoba
Ahora, casi tres años después el gran proyecto de energía limpia que le garantizaría energía a un sector grande del departamento que en el pasado fue muy golpeado por la violencia paramilitar, lleva 6 meses frenado.
El monto del contrato firmado fue por $ 76 mil millones y estos recursos han dado para avanzar hasta un 99%, pero no para concluirla en su totalidad; los chinos argumentan que se quedaron cortos por los imprevistos que aparecieron en el desarrollo de la obra.
De acuerdo con Lux Power 2022, quienes durante este tiempo han hecho varias reclamaciones por desequilibrio económico, el valor del contrato fue demasiado bajo, puesto que los precios iniciales de la obra están desfasados con la realidad actual y según ellos, la diferencia es cercana a los $ 30 mil millones, es decir que el Parque Solar 19.9 tendría un valor cercano a los $106 mil millones.
El desfase en el valor presupuestado a los costos actuales pudo haberse dado, según el consorcio chino por factores como la especulación post pandemia y, posteriormente, por los rezagos de la guerra de Ucrania que estalló tres meses después de la firma del contrato y que ha encarecido todos los materiales. Pueden considerarse imprevistos y por cuenta de éstos presentaron cláusulas de reajuste de precios, pero no habrían sido escuchados. Las reclamaciones vienen desde comienzos del año y ante la no respuesta de la Hidroeléctrica detuvieron la obra.
El problema reventó en un momento en el que la hidroeléctrica, que está controlada por el gobierno nacional a través del Ministerio de Hacienda, enfrenta líos de contratación. Particularmente se les ha acusado de concentrar la venta de energía en un reducido número de empresas y en entregar a dedo estos contratos, los cuales habrían tenido valores bastante inferiores a los del mercado. Esto llamó la atención de la Contraloría que ya está investigando a la compañía por pérdidas que se habrían generado cercanas a los $300 mil millones.
De igual manera, la W ha revelado que estos contratos tendrían un común denominador que sería el expresidente de la Cámara de Representantes, Andrés Calle Aguas, miembro del poderoso clan político que manda en Córdoba, departamento donde opera la hidroeléctrica. Calle también habría tenido injerencia en la salida de Amaya Del Vecchio de la gerencia de la compañía y la posterior llegada de Eduardo Díaz, todo a través de una ficha cercana a la familia como el secretario general Ángel Delgado, quien fue compañero de colegio del hermano de Andrés, Gabriel Calle Aguas.
Para los chinos no es nuevo poner paneles solares en Colombia
Power China International Group es una de las constructoras más grandes del mundo entre aquellas que se dedican a la infraestructura de energías renovables y Colombia es uno de los países en los que han confiado en ellos para el desarrollo de estas tecnologías. Ellos fueron los responsables de sacar adelante el gran parque solar de Empresas Públicas de Medellín (EPM) en La Dorada, Caldas llamado Tepuy y también estuvieron metidos, junto con otra empresa china, Hefei JA Solar Technology, en la construcción del Ecoparque solar de la Refinería de Cartagena.
Toda esta experticia china puede quedar en nada sino se resuelve el tema financiero. Pero en medio del escándalo de corrupción por el tráfico de las tarifas, el poder del clan Calle y las pérdidas de la hidroeléctrica, así como la interinidad directiva pueden dificultar la llegada a un pronto arreglo y de no actuarse pronto, esta obra clave para la región pueden terminar convertida en un vergonzoso elefante blanco.
