Algunos sectores de SINTRAEMCALI apostamos de manera seria y decidida a ganar la Alcaldía de Cali, como una forma de enfrentar la privatización que las élites desde hace décadas procuran para EMCALI. A pesar de las críticas de propios y extraños, concretamos un acuerdo programático con Jorge Iván Ospina, que incluyó a EMCALI como eje principal del desarrollo económico y social de la ciudad.
Ha trascurrido un mes desde que Ospina asumió como Alcalde, y se ha dedicado a honrar su palabra dando cumplimiento a lo acordado para potenciar a EMCALI, lo que nos llena de confianza para avanzar en la construcción de un diálogo permanente y más orgánico con el proyecto de ciudad que representa. Ahí están los nombramientos en la cúpula de la empresa de la que destacan Libardo Sánchez y Mauricio Zamora, como prenda de garantía de la voluntad política de construir una EMCALI fuerte y vigorosa, tal como lo hemos soñado los trabajadores. Plantear hoy que la administración es privatizadora, es una estupidez, continuar con la inactividad sindical es un error mayúsculo.
En este corto tiempo, SINTRAEMCALI se ha volcado al diseño y construcción de la agenda de la nueva administración, lo que nos ha servido también para constatar los fuertes poderes que se disputan desde las entrañas a EMCALI y las tensiones que debemos afrontar como sindicato si queremos incidir en el fortalecimiento de la empresa y evitar que las mafias enquistadas al interior de EMCALI secuestren el anhelo de trasformación.
De lo anterior, se desprende el necesario llamado a los trabajadores afiliados a SINTRAEMCALI a la comprensión del momento, que valoramos como histórico al igual que complejo y desafiante. No estamos solos en la cancha, ni tenemos el “control” de la administración, no estamos administrando y mucho menos podemos caer en la trampa de pensar que por la vía administrativa se van a resolver las tensiones con sectores que durante décadas han sostenido el control de la contratación de EMCALI, tiempo en el cual han debilitado nuestra empresa en función de engordar sus cuentas bancarias.
Ahí están algunos mandos medios, distorsionando la figura sindical para aferrarse al poder, ahí siguen también los carteles de la contratación queriendo escurrir hasta el último centavo de EMCALI. No ha cambiado la tercerización laboral que precariza a cientos de trabajadores y arrebata los procesos misionales al personal directo de la compañía. Los males siguen, y debemos combatirlos desde nuestro rol sindical, que no solo es el de las citas con la administración, sino la organización y lucha que imponen condiciones.
SINTRAEMCALI debe aprovechar la voluntad política del Alcalde Ospina, no para cabalgar sobre una agenda administrativa, sino para fortalecer una agenda propia que le permita imponer condiciones, acabar los negociados que a diario se hacen con la empresa; fortalecer el vínculo ciudadano con los servicios que brinda EMCALI retomando el trabajo con la comunidad; cualificar sus bases con una dinámica de trabajo fértil, incluyente y deliberativa; retomar las Asambleas de Delegados y Afiliados como centro de la información, discusión y democracia; abandonar de una vez por todas el oscurantismo y las divisiones, dándole el carácter de órgano de dirección político sindical a la Junta Directiva de nuestra organización; fortalecer los espacios intersindicales y participar con representación política propia en el comité nacional de paro.
Algunas tareas urgentes son la caracterización e individualización de los carteles de la contratación en EMCALI; discutir la política de recursos humanos que incluyen discutir a fondo la planta óptima de personal, tercerización laboral y la igualación de conquistas sindicales, con el propósito de acabar el ataque sindical contra SINTRAEMCALI; abastecimiento y modernización de equipos, materiales e infraestructura; combatir la política del miedo que se ha impuesto por jefes mediante traslados de nuestros activistas sindicales; activar el trabajo de las mujeres afiliadas al sindicato; diseñar una agenda de interlocución con el Concejo Municipal, entre otras que debemos discutir y adelantar CON TODOS nuestros Directivos, Delegados y Afiliados
En conclusión, SINTRAEMCALI debe actuar como sindicato y no como empleador, cumpliendo su rol, asumiendo sus tareas y construyendo su propia agenda, que seguramente coincidirá con la de la administración en muchos aspectos, pero que se debe diferenciar desde la naturaleza misma de la organización sindical. Al Alcalde Ospina lo seguiremos acompañando en su lucha contra las élites que han querido negar el desarrollo a nuestra EMCALI y a nuestra Cali, que aún tienen su representación al interior de EMCALI.
A todos nuestros afiliados les hacemos un fraternal llamado a que desde nuestra trinchera, que es nuestro puesto de trabajo, le pongamos el corazón y defendamos nuestra empresa con lo que mas sabemos hacer, que es desarrollando nuestra actividad laboral, y así prestar el mejor servicio a nuestros usuarios caleños, con el propósito de generar de nuevo ese cariño y orgullo, que la comunidad debe tener por sus empresas publicas municipales.
