Resulta muy curioso que el binomio Santos-Holguín haya reconocido a Palestina como “Estado libre y soberano”, cuando uno de los grupos que comparte el poder con la Autoridad Palestina es la organización terrorista: Hamas.
Resulta supercurioso, además, que Colombia suscriba la Convención de Montevideo, que establece unos requisitos para que haya Estado (la unicidad de una autoridad política) y el binomio Santos-Holguín haya ignorado que en Palestina hay dos autoridades: una en Gaza y otra en Cisjordania. Y que conste que la división no es por culpa de los judíos.
Resulta curioso que los países se arroguen la facultad de reconocer Estados “libres y soberanos” cuando esta función le corresponde al Consejo de Seguridad de la ONU.
Resulta curioso que Santos y Holguín hayan reconocido a Palestina como Estado libre y soberano, pero en ese territorio no puede vivir ningún judío, pero sí viven y trabajan árabes en suelo hebreo, que son, incluso, miembros respetables y admirables del parlamento y la Corte Suprema de Justicia de Israel.
Resulta curioso que Santos y Holguín hayan reconocido a Palestina como Estado "libre y soberano”, pero desconozcan que en Palestina (casi nunca) han habido verdaderas “elecciones libres y soberanas”.
Resulta curioso que la excanciller María Ángela Holguín diga que se reconoció a Palestina como un estado libre y soberano porque “era una deuda pendiente”. Y el editorial de El Tiempo, en la misma línea, y apoyando la tesis de Holguín, sostenga que Colombia era “el único país suramericano que no había tomado tal resolución y uno de los pocos latinoamericanos en mora de hacerlo, junto con Panamá y México”. Pregunto: ¿fue entonces una postura que se basó en la expresión popular “hacia dónde va Vicente” o una discutida y sesuda política de Estado?
Resulta curioso que Santos y Holguín reconozcan a Palestina como Estado “libre y soberano”, pero olvidaron que el gobierno palestino apoyó las actividades terroristas de las Farc.
Resulta curioso que Colombia apoye al gobierno palestino en su lucha por ser un Estađo “libre y soberano”, pero ignore el sufrimiento del pueblo palestino que no se siente ni libre ni soberano con los fusiles del Hamas y el poder corruptor de la Autoridad Palestina.
Resulta muy curiosa la enorme contradicción de Santos. Primero dijo que por encima de todo apoyaba un diálogo entre Israel y Palestina, y, después, cual magistrado pretoriano, reconoció a las carreras, y casi como expresidente, a Palestina como Estado libre y soberano”. Un día más y reconoce a Cataluña como Estado libre e independiente; a la separatista Etnia Uigur en China y al Estado Islámico independiente en Mindanao (sur de Filipinas).
Resulta curioso que Colombia apoye al gobierno palestino en su lucha por ser un Estado “libre y soberano”, pero ignore que no hay libertad religiosa en Palestina. Hace poco un joven bloguero, Waleed al-Husseini, en Gaza, hijo de un peluquero en Qalqilya fue encarcelado por el simple crimen de atreverse a criticar al islam.
Resulta curioso que varios influyentes académicos e intelectuales colombianos hayan enviado una carta a Duque para que no reverse lo que hizo a última hora Santos y Holguín, pero mantengan la boca cerradita con la tiranía del Hamas, la continua violación de los derechos humanos en Palestina y la precaria participación de las minorías en los órganos de poder de la Autoridad Palestina. Pregunto: ¿estos respetables académicos podrían pedirle al ELN que se sienten a negociar y dejen de mamarle gallo a los colombianos?