Para responder esta pregunta hay que comenzar por saber que puede significar la paz total en una
sociedad. La paz total significa que no haya conflictos violentos, que no haya desigualdad ó que ésta
sea mínima. Que no haya pobreza, que las personas tengan las mismas oportunidades de acceder a
una buena educación y a un buen empleo ó medio de vida. Que no haya racismo ó discriminación
hacia grupos minoritarios. Que no haya corrupción ó ésta sea mínima. Que la inseguridad y violencia
sean muy bajas.
Las anteriores condiciones son muy difíciles de conseguir en cualquier país del mundo. Tal vez los
países que más se acercan a estas condiciones, pero no las cumplen en su totalidad, son los países
Nórdicos: Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia, con los mejores índices sociales y
económicos en el mundo, pero no cumplen del todo con las condiciones, pues tienen problemas de
drogadicción, alcoholismo, racismo, y actualmente problemas con los emigrantes.
Estados Unidos, que gracias a como fueron sus inicios como nación, sin tanta desigualdad y con
muchas oportunidades para todos, llegó a ser la primera potencia mundial en lo económico y militar,
pero también ha tenido grandes problemas por sus problemas de racismo, supremacismo blanco,
leyes muy permisivas con la tenencia de las armas, que propician muchas muertes y masacres,
drogadicción y alta criminalidad que esto conlleva y ahora también problemas de pobreza y
desigualdad, es decir que ha dejado de ser ese paradigma del sueño Americano, que fue por
décadas.
¿Y Colombia cómo está con las condiciones para una paz total? Buenos sabemos que no muy bien.
Ocupa el segundo lugar en desigualdad en América Latina, el continente más desigual del mundo.
Con una altísima pobreza, alto desempleo, falta de oportunidades, gran corrupción y qué decir del
tema de la inseguridad y violencia. Desde el siglo XIX los distintos sectores de las clases gobernantes
en disputa por el poder, propiciaron varias guerras civiles, donde el pueblo era usado para sus
ejércitos. En medio de estas contiendas a inicios del siglo XX, perdimos a Panamá. Los partidos liberal
y conservador en su lucha por el poder desde 1946 hasta 1958, según algunos historiadores,
sumieron al país en una cruenta violencia, que terminó con el pacto del frente nacional (1958 a
1974), donde liberales y conservadores se alternaban el poder, sin que ningún otro partido tuviera
posibilidad de gobernar.
En épocas más recientes en 1964, se crearon los grupos guerrilleros de izquierda FARC y ELN, con
diferentes posiciones ideológicas y el M 19, en el año 1970. Las FARC se llegó a un acuerdo de paz
en el año 2016 y con el M 19 en el año 1990; estas guerrillas aunque sí fueron golpeadas por las
fuerzas militares, nunca fueron totalmente derrotadas y el ELN no ha podido aún ser derrotado
militarmente y tampoco se ha podido firmar un acuerdo de paz, a pesar del intento de varios
gobiernos, incluido el actual. Estos grupos insurgentes se formaron con objetivos de lucha por la
justicia social, la igualdad y contra la exclusión política por parte del frente nacional, pero después
de algunos años en que no lograron, ni han logrado ningún beneficio social para el pueblo, por el
contrario han agudizado los problemas sociales, especialmente en el campo, se dedicaron a luchar
por sus intereses de grupo, cayendo incluso en actividades claramente ilegales y perjudicando aún
más al pueblo y usando una pose política para su beneficio, pero no con propósitos claros de
cambios.
En el año 1981, aparecieron los grupos paramilitares con el objetivo de luchar contra las guerrillas,
pero como todos conocemos cometieron grandes masacres y abusos contra la población civil y hoy
día los grupos que los sucedieron, se han dedicado a actividades totalmente criminales.
En conclusión, en estas condiciones es imposible alcanzar una paz total, es una utopía; por supuesto
este gobierno y los que vengan tienen que seguir luchando por mejorar las condiciones sociales y
económicas de la población, pues estas pésimas condiciones son el caldo de cultivo de toda clase
de delitos. Hay que combatir a todos estos grupos violentos, que con distintos matices solo les
interesa su beneficio particular y no de un verdadero cambio en Colombia, pero es claro que si el
estado no propicia un desarrollo en el campo y a nivel general en el país, que mejore
sustancialmente las condiciones sociales de los Colombianos, toda lucha contra la violencia en el
campo y la gran inseguridad en las ciudades, de cualquier gobierno de cualquier ideología, será
inútil.
Hay un frase muy famosa de Einstein, que dice: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando
obtener resultados diferentes”, pero es lo que pasa en nuestro país, las élites hacen lo mismo una
y otra vez, desde hace más de 100 años y ahora que el gobierno de Petro trata de hacer cosas
diferentes, ellas y aún sectores del pueblo lo atacan y lo atacan; claro el problema, es que él y sus
aliados y partidarios, quieren que los cambios de hagan de la noche a la mañana, lo cual es un error
y un imposible, hay que ir haciendo lo que mejor se pueda y concertando con las élites y sectores
progresistas, que están de acuerdo con lo cambios, pero no de una manera tan drástica.