Ayer tuvo lugar una audiencia pública ante el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Villavicencio. Su objeto era que el Juez aprobara o no, el Preacuerdo alcanzado entre la Fiscalía y la Defensa con relación a la conducta criminal de Sander Eloy Flórez Puerta. Este último, conocido como veneco, fue uno de los dos sicarios que mataron por la espalda, la noche del 24 de octubre de 2019, a Alexander Parra Uribe en el ETCR Mariana Páez de Mesetas, Meta.
Alexander Parra Uribe fue conocido en las Farc como Rodolfo Fierro, comandante durante muchísimos años de una de las compañías que conformaban la guardia personal de Manuel Marulanda Vélez. Lo conocí hará unos veinte años largos, durante los diálogos de paz que se celebraron en San Vicente del Caguán, en el Caquetá. Compartí luego una larga temporada con él, en un campamento en las selvas del Yarí, en donde nos hicimos buenos amigos.
En resumen, en la audiencia se exponía el Preacuerdo mediante el cual Sander Eloy Flórez Puerta, aceptaba su responsabilidad en los hechos, comprometiéndose a suministrar a la justicia toda la información que conocía acerca del homicidio en el que participó. De hecho, como testigo de la Fiscalía, ya había proporcionado suficiente información como para que la justicia supiera qué había sucedido, y a quién más investigar y capturar por su participación en el delito.
En manos del juez estaba determinar si se violaba la ley penal o se desconocían las garantías fundamentales de las víctimas. La decisión final fue que no. El Preacuerdo se ajustaba a derecho y por tanto fue aprobado. Sander Eloy Flórez Puerta será condenado por el homicidio de Alexander Parra Uribe y pagará por ese y otros delitos conexos una pena algo mayor de 13 años. Entre sus compromisos estuvo también el de pedir perdón a las víctimas.
El juez le otorgó la palabra para que cumpliera con este compromiso. En la audiencia estaba presente Luz Marina Giraldo, a quien conocimos en las Farc como Yesenia, excompañera de Rodolfo y quien vivía con él hasta la noche en que lo asesinaron. Y estaba yo, en calidad de representante del partido Farc, ahora Comunes, en su calidad de víctima. Los dos, y todos los demás presentes, nos aprestamos para oír las palabras del homicida.
Lo hizo bien, seguramente preparado de antemano por su abogada. Lamentó lo sucedido, manifestó estar arrepentido y pidió perdón a Luz Marina Giraldo, a los excombatientes, a los reincorporados del ETCR Mariana Páez, de Mesetas, donde sucedieron los hechos. Extendió su solicitud a todo el pueblo colombiano. Agradeció la comprensión y la oportunidad que le daban de reiniciar una nueva vida una vez hubiera cumplido su pena.
Los intervinientes del proceso allí presentes conocíamos en buena parte los hechos, así que no fue sorpresa para ninguno el que Sander Eloy Flórez afirmara que lo ocurrido había sido finalmente producto de la decisión de otros compañeros del muerto, que se encontraban en el ETCR y habían contratado su grupo para consumar el crimen. Afirmó que ignoraba los motivos, las contradicciones que existían entre ellos, pero que había sido así.
De las investigaciones, que ya pasaron a la etapa pública del juicio, se conoce que el coordinador del ETCR, conocido en las Farc como Edier, con la complicidad de al menos dos excombatientes más, uno de ellos conocido como Rambo y el otro como Martín Boyaco, concertaron con la banda criminal el plan para que lo asesinaran, colaborando para ello cuanto estuvo a su alcance. Rodolfo se oponía frontalmente a los actos delictivos que aquellos cometían desde el ETCR.
Razón por la cual resolvieron deshacerse de él. Los detalles de cómo lo planearon y ejecutaron es lo que revelará a la justicia Sander Eloy Flórez. Pese a lo cual quedará flotando en el ambiente la pregunta de qué tipo de negocios sucios y con quiénes los cometían los determinadores del hecho. Todo señala hacia las disidencias, aunque no resulta fácil concretar a cuál de sus dos mayores grupos. Sean los unos o los otros, ya juntos acumulan bastantes muertes.
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Conmovedora la respuesta de Luz Marina Giraldo a la petición de perdón. Haciendo un esfuerzo sobrehumano por conservar la calma y contener las lágrimas, la exguerrillera expresó su conformidad
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Conmovedora hasta las fibras más íntimas la respuesta de Luz Marina Giraldo a la petición de perdón. Haciendo un esfuerzo sobrehumano por conservar la calma y contener las lágrimas, la exguerrillera expresó su conformidad. La situación envolvía a familias con hijos. Ella quedaba sola con los suyos al perder a Rodolfo, igual Sander Eloy Flórez, que iría largos años a la cárcel. También conocía la mujer y los hijos de Edier, a quienes quería. Ahora todos sufrían lo impensable.
La paz nace del alma, solía decir Rodolfo Fierro. Seguramente es cierto, del alma que ha conocido la verdad, que ha oído a su agresor pedirle perdón, que lo perdona y hasta se duele por su suerte. Qué hermosa lección, Luz Marina.
