Todo el mundo habla del Proceso de paz, los diálogos de paz, los amigos y enemigos de la paz, los acuerdos de paz. Toda, absolutamente toda la política actual de Colombia gira en torno a “La Paz” para referirse a lo que tiene que ver con los diálogos que se llevan en la Habana.
Primero, debemos entender que las conversaciones que se están llevando en Cuba, son unos acuerdos de parte y parte para lograr una DESMOVILIZACIÓN de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Es decir, para que dejen las armas, se reintegren a la vida civil, hagan parte del gobierno, o simplemente sean unos ciudadanos que tengan vida social como cualquier colombiano. En conclusión, los diálogos son para que las FARC se acaben como grupo militar alzado en armas y se conviertan en un partido político poderoso (con dinero y armas) que luche por el poder. Eso es lo que se está negociando en la Habana. Y eso es bueno; ¿a quién en Colombia no le gustaría que se acabaran las FARC como guerrilla?
Pero yo lanzó el siguiente interrogante: ¿alguien conscientemente cree que esos acuerdos son sinónimo de Paz para los colombianos del común? ¿O que al acabarse las FARC como guerrilla revolucionaria, se va a lograr La Paz que queremos en Colombia? NO: Qué equivocado está el gobierno si piensa que creemos que las FARC son las que no permiten que en Colombia exista la paz.
Las Farc son solamente uno de los muchos problemas que afectan la Paz en el País. Pero el problema principal o la causa raíz viene de otra fuente diferente, y esa misma fuente se encarga de enmascarar el problema con esta disculpa olímpica.
O que alguien me diga si los atracos, abusos y vandalismos en Transmilenio son ocasionados por las FARC. O si el paro agrario o de camioneros los hace el frente 45. O si las apartamenteras lolitas, yayitas o tremebundas reciben órdenes de Timochenko. O si los homicidios por robar un celular los ordena Márquez. O si el desempleo, la crisis de la salud, el hacinamiento en las cárceles son culpa de Granda, o si el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, los ataques con ácido, vienen de parte del Secretariado. Nada.
“Todas estas acciones violentas que a diario se viven en la nación son las que verdaderamente no nos dejan vivir en paz”.
Y esto, amigos, nada tiene que ver con las FARC. ESTO ES PRODUCTO DE LO SIGUIENTE: de la descomposición, la corrupción y la desorganización del gobierno para ejercer sus funciones de control, dirección y manejo de recursos para que una comunidad funcione con igualdad de condiciones y derechos para todas las clases sociales.
Esto es culpa del carrusel de las contrataciones de Bogotá en cabeza de Samuel Moreno. Es culpa de la corrupción que ya impregnó la corte constitucional, donde se ve claramente lo abeja que fue para acaparar las propiedades de los desplazados por parte del magistrado Pretelt. Es culpa del despilfarro de la contraloría (el principal ente de control que debe vigilar que no haya corrupción) en cabeza de la prófuga Morelli. Es culpa del enriquecimiento ilícito de los hijos del paisa que en los períodos de gobierno de su papá se volvieron millonarios solo vendiendo artesanías. Es culpa del robo descarado de los recursos de Agro Ingreso Seguro, que se quedó en manos de los amigos ricos de Andrés Felipe. Es culpa de lo abusivas y lo cochinas que son las campañas políticas. Es culpa de la simbiosis letal de toda la caterva de corruptos que abundan en los cargos públicos. ¡Entendemos ahora por qué no son las farc las del problema de la Paz?
Las Farc están en guerra con el Gobierno (por el poder) y los colombianos somos afectados por ese enfrentamiento. Y una vez firmados los acuerdos, seguirán los enfrentamientos, ya no con metralla disparada desde un cañón en el monte, sino con dardos disparados por lenguas envenenadas en el congreso, dispuestos a quedarse con el poder para siempre. Y ahí seguiremos los colombianos afectados por ese enfrentamiento sin poder vivir en Paz.
Dios les bendiga…
