Habrá varias formas de leer un texto y con base en su lectura la interpretación y gozo es definitivamente diferente.
Se puede leer de atrás para adelante, o con el libro al revés, imagino, pero me limitaré aquí a plantear otros tres tipos de lectura diferentes.
La primera, la llamaríamos normal, es la lectura sosegada desde la primera página hasta la última y en donde, lógico, se obtiene tras la lectura una comprensión total de lo leído.
La otra, muy común en algún tipo de textos, es aquella en donde no nos detenemos en cada párrafo o línea, sino que en forma rápida y diagonal se mira la página en cuestión y gracias a la lectura fugaz de cincuenta palabras alguna idea global llega a la cabeza.
Leeremos por encimita
lo que contenga la contratapa
y memorizaremos su sonoro título
También, y suele ser común cuando tenemos un examen a las tres de la tarde y son las once de la mañana y al lado está el libro obligado sin apenas haberlo acariciado y no queda solución diferente a una ojeada (¿ojeada de ojo u hojeada de hoja?) a lo que diga Google sobre la materia y leeremos por encimita lo que contenga la contratapa y memorizaremos su sonoro título.
Imaginamos que en corto tiempo la Presidencia de la República publicará masivamente el famoso acuerdo habanero, debidamente encuadernado y en donde, como es común, se comentará de su muy elevado precio, algo así como ocho mil millones.
Y suponemos que lo repartirán gratuitamente en la calle y todos y cada uno tendremos en la mano el texto completo del acuerdo de paz que dicen desde ya tendrá algo más de doscientas páginas y habremos de leerlo para saber con conciencia plena si votamos Sí o No.
Muy pocos lo digerirán línea a línea, algunos lo leerán en diagonal deteniéndose de vez en cuando en apartes que llamen la atención, mientras casi todos, cuando tengamos la cita en las urnas y faltando pocas horas para su cierre, buscaremos rápidamente qué dice Google sobre la materia o nos limitaremos a leer su título, parecido al de una ley o decreto y que dirá algo así como “Texto por medio del cual se centran los puntos del acuerdo celebrado entre el Gobierno nacional y las Farc para el cese al fuego y la paz en el país”.
Solo esperemos que así no sea el asunto y se acuerden, valga la expresión, formas didácticas para comprender el acuerdo de paz para poder votar con pleno conocimiento de causa.
Y hablando de…
Y hablando de conocimiento de causa, llama la atención la suspensión que le hace el senado al magistrado Pretelt.
Pequeñas cosas que se convierten con el paso del tiempo en grandes cosas. Ojalá.