“La paz debe ser un tema de unidad nacional, el cómo hacerla lo podemos discutir entre todos porque la paz es para todos” Javier Mejía Arias, abogado defensor de víctimas
Los muchos años de violencia que ha padecido Colombia donde cada rincón del país ha sido azotado por algún actor armado legal o ilegal, deben hacernos pensar que es la hora para que cada una de los millones de víctimas, cada uno de aquellos colombianos que portaron un arma para atacarse entre hermanos, todos aquellos que sin llegar jamás a coger un arma apoyaron económicamente para que la guerra se perpetuara, los políticos que vendieron sus ideales al actor armado de su región o de sus ideología, los miembros de las fuerzas armadas que juraron defender la patria y a sus ciudadanos pero que volvieron las armas para atacarlos y en ocasiones asesinarlos, sin importar hoy si fueron 6402, si fueron más o fueron menos, los narcotraficantes que con el objetivo de vivir sus vidas llenas de derroches utilizaron a los campesinos por dinero o con amenazas, aporten a un verdadero proceso de paz, pero cuando se dicen aporten es que realmente se comprometan con la verdad, aquella que nos permitirá saber qué paso, por quiénes paso y dónde paso cada episodio de esa sangrienta guerra que se vivió por años y que a pesar de haber firmado procesos de paz y seguir intentándose mediante diferentes diálogos no hemos podido superar.
Y es que no es fácil superar el pasado ni la guerra cuando se siguen viviendo las mismas circunstancias de desigualdad y falta de oportunidades, es difícil pensar en una paz cuando las víctimas se sienten burladas y no son reparadas mientras que los pocos recursos entregados por sus victimarios han sido objeto de un asalto burocrático al peor estilo de la cueva de Ali Baba, donde cada ladrón entraba a coger el objeto de su preferencia. Pero no todo está perdido y hoy existe una posibilidad real de llegar a una paz entre todos y para todos.
¿Cómo? Indiscutiblemente es importante para llegar a un buen acuerdo que no deje vencidos ni vencedores, que participen todos los actores legales e ilegales que tuvieron participación en el conflicto, y es la propuesta que, desde la sociedad civil, desde las víctimas, desde financiadores del conflicto, de personas privadas de la libertad se le está planteando al presidente Gustavo Petro, al presidente de la JEP, Alejandro Ramelli, entre otras personalidades que incluyen al embajador de los Estados unidos en Colombia, Francisco palmieri, y es que sin depender de los Estados Unidos para la toma de decisiones nacionales, es indiscutible que un acompañamiento y compromiso de ese país en la solución al conflicto en Colombia es importante porque muchos de los comprometidos con la paz de Colombia tienen deudas con dicho país y en algunos casos tienen orden de extradición vigente.
Bajo la referencia: Solicitud de instalación de mesas para la paz en las cárceles colombianas e ideas para consolidar la paz y combatir eficazmente el narcotráfico desde un proceso de paz incluyente. Directores de organizaciones de víctimas, abogados defensores de Derechos Humanos, excombatientes de las antiguas Farc aún privados de la libertad, excombatientes paramilitares presos en diferentes cárceles del país, empresarios que pagan sus condenas y fueron financiadores de la guerra, políticos como Francisco Gómez Cerchar, personas extraditadas, e incluso un hombre como David Murcia Guzmán, fundador y representante legal de la tan recordada DMG, para algunos considerado un Robin Hood y perseguido político, señalan en el documento enviado al presidente Petro, que ellos son “Unos convencidos de que la paz se puede lograr en una Constituyente Nacional, abierta, democrática y pluralista, acompañada de una justicia restaurativa y social, al frente de la Jurisdicción Especial para la Paz – JEP, en el Macro Caso 08” y manifiestan estar dispuestos a contribuir de manera eficaz para que las víctimas puedan ser reparadas económicamente y no solamente reciban unas disculpas de quienes les violaron sus derechos y los victimizaron, ellas las víctimas tienen el derecho a ser quienes con acompañamiento del Estado manejen, coordinen y le cumplan a quien deban cumplirle con lo que entreguen quienes usufructuaron y se enriquecieron con la guerra.
Aquí, en este proceso de paz con todos y para todos que le proponemos al presidente colombiano, al presidente de la JEP, caben todos los actores ilegales que fueron y siguen siendo una traba en la finalización de la violencia que ha sido cíclica y continúa arrasando con la tranquilidad de nuestros campos y la vida de nuestros jóvenes principalmente, señaló el abogado y director jurídico, Javier Arias Mejía, quien actúa en representación de las víctimas. Hemos logrado sentar en la misma mesa a víctimas y victimarios para que mirándose a la cara sepan que Colombia existe un sueño que puede hacerse realidad, pero todos tienen que sacrificar algo del pasado en aras de un futuro con justicia y equidad, y cuando decimos todos es todos, hago un llamado a hombres y mujeres de izquierda y derecha a que depongan sus posiciones radicales y entre todos avancemos para hacer el sueño de la paz una realidad sin colores políticos, que los únicos colores sean los de la bandera colombiana que nos cobija a todos, concluyó Mejía Arias.