La patria podrida
Opinión

La patria podrida

Por:
marzo 03, 2015
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

“En mi sábana blanca vertieron hollín,
Han echado basura en mi verde jardín.
Si descubro al culpable de tanto desastre
lo va a lamentar”.
Silvio Rodríguez

 

¿Se imaginan cuando en el futuro se cuente la historia de esta época de Colombia? Y yo que creía que el peor remoquete que se podían haber inventado era la “patria boba”. Me imagino a los y las jóvenes del futuro inventándose nombres: “La podriziña” propondría una; “el período gonorrea”, diría otro, “el despiporre”, “el tramafá”, el “apagueyvámonos”.

Estarían en lo cierto. En este siglo XXI en  Colombia “no hemos dado pie con bola”. Se podía prever que con una Constitución nuevecita, escrita a tantas manos, voces e intereses, el país lograra hacer nuevos pactos, fortaleciera instituciones fuertes y dialogantes con los intereses de las mayorías, el Estado cumpliera su papel de regulador y redistribuidor. A cambio de esto, cuando los jóvenes del futuro estudien la historia de este principio de siglo, encontrarán que grupos de poder capturaron el Estado (que nunca ha salido de sus manos)  y se dedicaron a desmontar el pacto social y político que se intentó con la Constitución de 1991.

Lo inédito será que en libros y documentales se conocerán los pactos de estos grupos, bandas o empresas electorales con poderes ilegales de toda índole y su llegada a las tres ramas del poder, a los organismos de control, a los grandes medios de comunicación masiva, y a todos los sectores de la economía.

El nombre más acertado y poético que he escuchado para definir este período nefasto ha sido a mi parecer, el de “embrujo autoritario”, denominación utilizada por más de 80 organizaciones defensoras de derechos humanos en Colombia, para describir el entusiasmo con que diversos sectores de la sociedad y el Estado acogieron con silencio y complicidad las iniciativas autoritarias de la llamada “seguridad democrática”. Poco tiempo después se descubriría que el autoritarismo en realidad encubría un período de enorme corrupción y saqueo al erario público por parte de esta empresa de votos, opinión y crímenes que estaba en el poder.

A mi parecer uno de los daños más graves del período del “Embrujo Autoritario” al que estuvo sometido gran parte del país desde el año 2002, fue el debilitamiento de la justicia.

Ya en otras décadas el personal de la justicia había sido blanco de atentados y asesinatos, de sobornos y compras. Pero la “bacrim” que estuvo en el poder entre el 2002 y el 2010, instaló dispositivos más sofisticados y sistemáticos: corroer a las altas cortes, deslegitimarlas, enfrentarlas en público, mientras en privado se les espiaba y se preparaba toda una fila de personajes para entrar a reemplazar a quienes durante décadas, habían permitido que en el país hubiera un pequeño refugio para la decencia, el derecho y la ilusión de justicia.

Por supuesto, no todos los fallos de las Cortes son del agrado de todo mundo, pero tienen un valor pedagógico y alimentan el debate y la democracia. Otra cosa distinta son las actuaciones por fuera del derecho, como el llamado “carrusel de las pensiones”, en el que tiene todo que ver Alejandro Ordóñez, por ejemplo. También sus candidatos y candidatas usan el mismo sistema de cabildeo rastrero con el que se hizo elegir y reelegir su jefe, experto en manzanillismo.

El caso del presidente de la Corte Constitucional actual, es emblemático acerca de cómo funciona el clientelismo y la politiquería donde llegan los miembros de esta empresa: empiezan por detectar dónde están los intereses propios, los de sus familiares, amigos y paisanos, mueven fichas para favorecerlos, para torcer decisiones, para saquear al Estado a su favor, o a favor de terceros. Cuando alguien les denuncia, se atornillan en sus puestos, pasan al ataque feroz, vociferante, intimidante contra la persona y sus familiares. Y por lo general, sacan de debajo de la manga una cortina de humo, un escándalo o atentado, real o inventado, al que los grandes medios de inmediato le sirven de parlante. Así sobreaguan mientras se calma la marea o mientras salen del país huyendo de la justicia en la que por fortuna, todavía queda gente independiente y haciendo su tarea.

Es hora de empezar por lo menos, a recuperar un lugar de decencia y defensa de la institucionalidad en el país. Es hora de empezar por la justicia. Desde la elección de las Cortes, que debe obedecer a un concurso público de méritos, a cargo del sector académico, hasta las instancias para su vigilancia, investigación y sanción, que deben salir del Congreso  y su penosa Comisión de acusaciones.

Uno puede estar cagado, pero eso no tiene que ser por tiempo indefinido. Hay un derecho que no está en la Constitución, pero sí en la vida: a limpiarse cuando le han vertido hollín u otra sustancia indeseable encima. A mí me encantaría poder conjugar en pasado tanta “podriziña” maloliente, que ya nos llegó al cuello.

¿Se imaginan que cuando los y las jóvenes del futuro lean y vean la historia de esta época puedan decir que fue una época en la que corregimos el rumbo? ¿Una época en la que nos reinventamos la manera de vivir con dignidad y respetando los pactos? ¿Una época en la que reconstruimos la decencia?

P. D. El 8 de marzo se conmemora el poder de las mujeres, el linaje que han construido con sus luchas y sus resistencias. Es una lástima que el doctor Mockus, haya escogido éste entre los 52 domingos del año para su marcha por la vida. Más triste es que nuestro destacado pedagogo de la convivencia en el país, no haya logrado un acuerdo de mutuo beneficio con los movimientos de mujeres que se radicalizaron y van a marchar por aparte. De todos modos, les deseo a ambas acciones, justas y necesarias, mucho éxito.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0

Día de las insumisas y las libertarias

¿Dónde escondes tu racismo?

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--