La pataletas de los sindicatos colombianos

La pataletas de los sindicatos colombianos

"Los sindicatos de trabajadores no han sido capaces de aprovechar las oportunidades que les brinda este país próspero y rico para hacer fortuna"

Por: Enoin Humanez Blanquicett
enero 18, 2016
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La pataletas de los sindicatos colombianos

Se ha  armado cipote trepa que sube en el medio sindical porque el gobierno le subió el 7% al salario mínimo y proyecta subirle el 3% al IVA. Los sindicatos de trabajadores no han sido capaces de aprovechar las oportunidades que les brinda este país próspero y rico para hacer fortuna, creando negocios en una serie de sectores dinámicos de la economía: por ejemplo el traqueteo, el robo de tierras a campesinos de las zonas de colonización, la actividad política clientelista o las pirámides, que han llevado a un gran número de personas emprendedoras a volverse multimillonarias de la noche a la mañana, andan amenazando ahora con hacer un paro cívico nacional para protestar contra esas alzas.

Según nos informa el diario El Tiempo del 30 de diciembre de 2015, los trabajadores “consideran que este incremento no es suficiente para atender sus necesidades.” No pues, como dicen los cachacos: «les salimos a deber» a estos buenos para nada, que quieren quitarle a sus legítimos dueños la riqueza que producen arriesgando sus capitales y poniendo al servicio de la patria sus ideas y capacidad emprendedora. Los trabajadores de este país deben agradecer que siquiera hay alguien que les paga por trabar cuadro. Deberían de estar contentos que tienen un patrón, alguien que les da la oportunidad de ocuparse haciendo algo productivo en la vida. De lo contrario serían una manada de vagos fracasados, que malgastarían su tiempo vegetando a la sombra del árbol de la flojera.

El que quiera hacerse rico que cree empresa y explote el trabajo de los otros. ¿Cuándo ha visto usted que la gente trabajando se enriquece? Si el trabajo fuera fuente de riqueza, los burros de San Antero y los mulos de Frontino serian multimillonarios ¿no creen ustedes? El trabajo lo dejó Dios para enriquecer al empresario, señores trabajadores. La riqueza no debe ser para el hombre que la trabaja, sino para el que sabe atesorarla, aunque tenga que quitársela a los otros por la fuerza. Si no fuera así estaríamos graves, porque no tendríamos ni ricos ni riqueza. Como dijo ese gran filósofo, que fue el Negrito del Batey: el trabajo es un enemigo del hombre de entendimiento, porque “el trabajo lo hizo Dios como castigo”. De hecho en la Biblia está estipulado claramente: “el fin del trabajo es permitirle al hombre de sudar su frente, no enriquecerlo, porque bienaventurado los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Enojados los directivos de los sindicatos critican al Gobierno por conservar en la fijación del salario mínimo “la tendencia de acercarse más a las propuestas de los empleadores que a las de los representantes de los trabajadores”. ¿Y qué quieren carajo?, ¿Pollo? ¡Ni más faltaba oye! Eso es ridículo de creer que el Gobierno deba ir a preguntarles cuanto quieren ganarse mensualmente por ir a cumplir con su deber patrio de enriquecer con su esfuerzo a lo nobles patriotas que hacen empresa en este país. Al Gobierno lo elegimos para servirle a la gente de bien. Y  los empresarios lo son. No para que se concierte con la gleba haragán y ponga en riesgo la estabilidad de esta patria, que tanta sangre nos ha costado mantener en pie.

Antes, este gobierno ha ‘rompido’ la tradición austera que impuso el gobierno del Gran Colombiano. Durante su mandato ese presidente siempre fijaba el salario mínimo por debajo de la oferta de los empleadores. ¡Eso se llama justicia social!, con mayúsculas. ¿Y acaso habrá conocido la patria una mayor era de prosperidad que los ocho años de ese gobierno? Por ser más generoso que los empresarios en materia de salario mínimo con los trabajadores, el pueblo nunca se mostró contrariado con las medidas arbitrarias de ese gran gobernante. Todo lo contrario. Lo idolatraba. Prueba de ello eran las largas colas que hacían los desarrapados y menesterosos de todos los rincones del país para entrar a esas congregaciones masivas de público fervoroso, que eran los inolvidables Consejos Comunitarios, con el objeto de besar la mano que los castigaba. ¡Ah tiempos aquellos, cuando al revoltosos se le aplicaba la “disciplina para perros”!. Es que el pueblo sabe mostrarse generoso con la mano que lo disciplina rudamente con los golpes del cayado.

El comportamiento avaro de los trabajadores se puede ver en el llamado a la revuelta que ha lanzado la Confederación General del Trabajo. Su dirigencia “anunció que inicia conversaciones inmediatamente con las centrales obreras para la convocatoria de un paro cívico nacional”. Frente al llamado a la desobediencia que hacen los voceros de la clase obrera, el gobierno nacional no debe andar con miramientos. La fórmula para calmar ese conato de rebelión popular es la represión democrática. Al presidente no debe temblarle la mano ni la voz. El golpe debe ser certero. Duro. A la mejilla. Sin rodeo. Porque todos lo sabemos: el pueblo cuando se le golpea una mejilla pone la otra.

Y si el gobierno ha sido justo al concederles a los trabajadores un aumento en el mínimo de 45.104 pesos, también fue acertado en aumentar el salario de los congresistas en 1'749.000 pesos, porque como dice la parábola de los 12 talentos “a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. Por eso, a reglón seguido, para compensar los que se les concedió por la vía del salario mínimo, el gobierno ha decidido quitarles con la izquierda lo que les dio con la derecha, aumentándoles la gasolina.

Sobre el alza del precio de la gasolina, según lo informa el diario El Colombiano de la primaveral ciudad de Medellín, “el Ministerio de Minas y Energía reveló que el precio de referencia de la gasolina en Colombia para el primer mes de 2016 incrementará 78 pesos frente al valor de diciembre de 2015”. ¿Qué son en realidad 78 devaluados pesos? No son nada. Con eso no se compra ni un cigarrillo chimbo oiga.

Igualmente, para redondear el paquete de nivelación económica, el gobierno prevé aumentar el IVA al 19%. Con generoso aumento busca compensar los recaudos que perderá el Estado por la supresión del impuesto del 4 por 1000, que se creó hace ya más de 15 años para ayudar a los banqueros nacionales a salvar su lucrativo negocio. Y la vaina tiene lógica oye. Informa El Espectador que el presidente de la Asobancaria, Santiago Castro, considera que el 4% 1000, un impuesto por demás democrático, “ha desincentivado la inclusión financiera en el país”.

Para el presidente del gremio de los banqueros, después de su adopción en el 1998 el uso del dinero en efectivo se disparó lo cual se convirtió en “una barrera permanente para lograr mejores índices de bancarización”. Para remediar el daño que ese impuesto le ha causado al sector financiero y para evitar la evasión, el gobierno ha decidido trasladar el 4 por 1000 al área de las ventas. Si bien el billete puede guardarse debajo del colchón, en la media o detrás del brassière, para vivir la gente debe consumir. Si para no pagar el 4 por 1000 la gente dejó de depositar el dinero en los bancos, no pasará lo mismo con el impuesto a las ventas –o más bien a las compras. Por eso, de pagar ese impuesto, nadie se escapará. Como decía mi abuela cuando castigaba a garrote limpio a sus nietos: ¡esto es tenga pa que lleve y reparta mijo!

Parece que quienes critican estas equitativas medidas económicas no han entendido que vivir en democracia cuesta. O ¿acaso con que se van a pagar los altos salarios de los congresistas y los burócratas, que engordan la pipa en los altos cargos del Estado con los que el gobierno paga a los partidos de la Unidad Nacional el peaje que cobran por aprobar las leyes progresistas e inclusivas, como esa eleva el IVA al 19%?

El que quiera azul celeste que le cueste y el que quiera viajar en nave que pague. Los sindicalistas si no están de acuerdo con las justas medidas económicas del gobierno, bien pueden irse a Cuba, a Corea del Norte o Venezuela, pues afortunadamente la patria colombiana tiene las puertas abiertas para todo aquel que quiera irse del país.

No siendo más por hoy, se despide de ustedes su humilde servidor Casimiro Del Valle La Montaña, quien los invita a seguir escuchando su emisora Ondas de la Caverna, que transmite desde la noble ciudad de Hoyo Oscuro, en lo más profundo del Caribe Colombiano.

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