Para el Instituto Nacional de Estados Unidos Sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), el consumo de marihuana puede generar una adicción grave en cerca del 30 % de las personas que la consumen regularmente y es hasta siete veces más probable en aquellos que empezaron a hacerlo antes de cumplir los 18 años.
En Bogotá, la Secretaría Distrital de Salud y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito realizaron un estudio conjunto que identificó a la marihuana como la sustancia ilícita más consumida y 371.086 personas aseguran haberlo hecho alguna vez durante el 2022. Entre los consumidores, el 40 % afirmó estar en situación de dependencia.
Los síntomas más comunes del trastorno por consumo y dependencia a la marihuana son dificultades para dormir, irritabilidad, cambios en el estado de ánimo y, evidentemente, ganas intensas e irreprimibles de consumirla. Sin embargo, el NIDA advierte que la dependencia y la adicción no se pueden meter en el mismo costal, puesto que la segunda ocurre cuando definitivamente no se puede dejar de consumir la sustancia.
En muchos casos, el consumo desmedido de marihuana puede interferir en la cotidianidad de las personas, afectan su estilo de vida y las relaciones con el entorno. Ante esto, investigadores del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y el Laboratorio francés Aelis Farma se pusieron la tarea de desarrollar un medicamento capaz de ayudar a los adictos que, voluntariamente, quieren dejar de serlo.
Las instituciones pusieron en marcha dos ensayos clínicos: uno con 64 participantes y otro con 29, en los que se evaluaron los efectos que tiene un medicamento llamado AEF0117 en personas que consumen marihuana diariamente. Se trata del primer medicamento en la historia que inhibe los receptores CB1, es decir, aquellos que son estimulados por el THC o tetrahidrocanabinol.
El estudio, que incluye varios ensayos fue publicado en la revista Nature Medicine, presentó resultados bastante prometedores. AEF0117 fue particularmente efectivo a la hora de reducir los efectos gratificantes causados por la marihuana (se disminuyeron un 19 %). Además, demostró tener un buen perfil de seguridad al no presentar eventos adversos serios, redujo el consumo de la sustancia y no produjo síndrome de abstinencia.
En Colombia hubo recientemente una iniciativa que buscaba regular el uso recreativo del cannabis en adultos. Esta alcanzó a salir airosa de siete de los ocho debates necesarios para su aprobación. No obstante, en el octavo y último debate que se llevó a cabo en la plenaria del Senado, a pesar de haber obtenido 47 votos a favor frente a 43 en contra, no consiguió el mínimo de 54 que se necesitaban y terminó por hundirse en el último día de la legislatura.
Ya el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, anunció que el 20 de julio, tan pronto se abra la próxima legislatura, el Gobierno presentará un nuevo proyecto que tendrá la misma finalidad.
Lo cierto es que los sectores alternativos están en la pugna para lograr la desestigmatización de la marihuana utilizando como principal argumento la generación de empleo y la posibilidad de darle un empujón a la economía. Respecto a lo que concierne a la parte de brindarle ayuda a quienes han desarrollado adicción a la sustancia y quieran dejarlo voluntariamente, noticias como el desarrollo del AEF0117 llegan como un bálsamo.
Por ahora, el medicamento solo ha sido probado en su fase experimental y, aunque los resultados han sido prometedores, aún hay mucho camino por recorrer para que pueda empezar a ser comercializado. Será necesario realizar más ensayos con más pacientes, pero desde Aelis y desde la Universidad de Columbia esperan tener avances más significativos para mediados de 2024.
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