A principios de los años noventa y mientras se disponía a hacer una llamada en su casa en Manhattan, Mía Farrow vio un sobre con unas fotos al lado del teléfono. La abrió y con las manos temblorosas pudo ver la imagen de su hija adoptiva, Soon Yi, posando desnuda, con las piernas abiertas, mirando fijamente al fotógrafo que era Woody Allen, su esposo.
En diez años de convivencia la pareja adoptó siete hijos y filmaron ocho películas. Vivían en apartamento separados y nunca habían protagonizado un escándalo hasta que Mia Farrow vio esas fotos. A pesar de lo que le decía a la prensa, Mia estaba hasta de su esposo, del control severo con el que manejaba su tiempo y el de sus hijos. Cuando Woody Allen no estaba dando órdenes en la casa las daba en el set de rodaje, actividad que le consumía nueve meses del año. Nunca fue un buen padre. Mia sabía que del otro lado Woody tampoco era feliz y esas fotos lo comprobaba “Woody va al sicoanalista desde los 18 años, él no acostumbra a dejar las cosas al azar, si él dejó las fotos al lado del teléfono fue para que yo las viera”- le dijo Farrow a una periodistas pocas semanas después de pocas semanas después de que estallara el escándalo.
De un momento a otro la cara de Woody Allen estaba en las portadas de las revistas de todo el mundo. Espantado huyó a París pero allá los periodistas también estaban esperándolo para acribillarlo a punta de fotos y preguntas sobre el romance. El cineasta no dijo una sola palabra. Mientras, desde el círculo de Mía, los improperios llovían: pedófilo, sátiro y esposo cruel fueron algunos de los términos en los que se referían a él. Mia insinuó ante 100 millones de estadounidense que Soon Yi era “Una retrasada mental” condición que había aprovechado su esposo para seducirla.
En su momento la propia Soon Yi respondió ante las cámaras acerca de las acusaciones por parte de Farrow y su sicólogo acerca de que ella era prácticamente una discapacitada mental. “No soy una pequeña flor retrasada, violada y abusada sexualmente por un padre adoptivo diabólico. Soy una licenciada en psicología de 21 años que se enamoró de un hombre que resultó ser el exnovio de Mia”.
Imperturbable ante el acoso de la prensa, Woody Allen siguió rodando Balas sobre Broadway, película que obtendría tres Oscar. Su co-guionista, Douglas Mcgrath,“Me impresiona como sabe separar los problemas de su vida de su trabajo. En medio de una feroz lucha judicial él solo hablaba de la película, de los problemas que teníamos con el guion. No más, el mundo que él había construido se derrumbaba pero nunca le escuché una queja”
Para llamar todavía más la atención de la prensa, Farrow dijo que Woody había abusado sexualmente de Dylan, su pequeña hija de siete años. La investigación duró dos años y no encontraron ninguna prueba para implicarlo. Lo único que quedó fue un video plagado de cortes de edición, en donde la niña declara, de una manera mecánica y casi robótica, como si la madre le estuviera dictando el discurso, que su padre “le escudriñaba las partes íntimas”. Según Weide el video está trucado y lleno de imprecisiones: “los hechos que Dylan relata tuvieron supuestamente lugar el 4 de agosto de 1992 en Frog Hollow, la casa de campo de Farrow en Bridgewater, Connecticut. Esto es casi cuatro meses después (y no antes) de que Farrow descubriera la relación de Woody Allen con su hija adoptiva Soon-Yi, a la que echó de casa. Según la niñera de Dylan, Kristie Groteke, por entonces Mia Farrow todavía hablaba con su expareja por teléfono diez veces al día”. A esta niñera la actriz la echó porque se negó a declarar contra el realizador de La rosa purpura del Cairo.
Veintidós años después Woody Allen y Soon Yi siguen juntos. Cada vez que el músico viaja a Europa a filmar o se va con su grupo de jazz a tocar por el mundo, la mujer de 42 años lo acompaña. El escándalo ha quedado atrás.
