Con un recaudo que se espera sea de 25,4 billones de pesos, el gobierno plantea una reforma tributaria en cabeza del ministro de Hacienda, un documento que hasta el momento se desconoce y que según se indica no ha de tocar productos de la canasta básica; una propuesta que no ha de ser expuesta para el debate público y que con seguridad el deseo del gobierno radica en que sea aprobada a pupitrazo limpio.
Lo que se conoce es que la mencionada reforma servirá para pagar endeudamiento y financiamiento de programas de apoyo económico para familias en pobreza y vulnerabilidad. Sin embargo, en los últimos 20 años se han llevado a cabo 12 reformas tributarias con finalidades similares y según se indica por parte de la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios, el sistema de tributación colombiano no se encuentra alineado con las denominadas buenas prácticas internacionales.
La comisión dice también que al revisar en las cuentas nacionales el impago de beneficios tributarios, se asciende a un monto de 92 billones de pesos, pero bajo una corrección de la metodología frente al costo total del impuesto a las ventas se pasó a un valor 69,1 billones, para llegar a esta cifra se eliminan los beneficios tributarios que se tienen cuando se presta servicio público, de allí surge la disminución de la misma, es decir, por razones técnicas. En síntesis, no hay un conocimiento de lo que se está dejando de recaudar debido a los beneficios tributarios, esta dinámica debería transformarse tal como lo indican varios centros de pensamiento de diversas universidades del país.
A la par, la comisión indica que el plan para una reforma debería radicar en incentivar a que los negocios ingresen en la economía formal y así garantizar que los trabajadores tengan acceso a derechos pensionales y de salud, esperaremos a ver que nos trae la reforma, lo que se sabe, según lo afirman Garay y Espitia en Dinámica de las desigualdades en Colombia, es que las empresas supersuperricas que concentran la mayor proporción del patrimonio empresarial en Colombia corresponden a sectores de administración de fondos y pensiones, así como al sector financiero y que la tributación en Colombia no contribuye en la disminución de las desigualdades, es decir no hay una verdadera redistribución del ingreso y de la riqueza en el país.
A pesar de que se indique que en la reforma no se tocarán los bienes de la canasta básica, habrá un incremento indirecto, ya que los productores tendrán mayores costos en los insumos para la producción, los cuales serán cobrados en los bienes finales, hecho que, sumado a la importación de productos alimenticios básicos, afectará tanto a los consumidores como a los productores colombianos dando otro fuerte golpe al agro vía reforma tributaria.
Un sistema tributario regresivo es aquel que en lo general está sesgado hacia ingresos laborales y en favor de los ingresos de capital, se afecta en consecuencia a los sectores de menores ingresos, incrementando pobreza del país, por su parte los impuestos progresivos son aquellos impuestos al patrimonio, a los dividendos, a la renta, al igual que la disminución de las exenciones de las empresas.
Una reforma tributaria debería movilizar recursos financieros para la garantía de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, un avance en la erradicación de la pobreza y las desigualdades: la manera en que se lleva a cabo la tributación en el país no contribuye al cierre de las brechas, sino que, por el contrario, las profundiza.
Es así que el 55% de hogares se ubican en niveles de pobreza extrema, pobreza y vulnerabilidad. Hogares de clase media podrían pasar a condición de vulnerabilidad o pobreza, con este tipo de reformas. En Colombia se han introducido impuestos distorsionantes como el 4 por mil, que de ninguna manera son comunes en el mundo, todo ello con el fin de balancear el presupuesto, que sumados a medidas de corto plazo aumentan la distorsión tributaria en el país.
En concordancia con la Constitución Política de Colombia, el sistema tributario ha de ser equitativo, progresivo y eficiente, nada de ello se refleja en las sucesivas reformas tributarias, las tasas que se han introducido, son elevadas y recaen sobre agentes que no pueden evitar pagar impuestos, cuando hay miles que evaden, esta ubicación de los evasores, una progresividad tributaria en el país que persiga no solo a aquellos pequeños que no están registrados, sino también a los grandes que vía paraísos fiscales, por ejemplo, roban el tributo a la nación deberían ser elementos clave a la hora de pensar en una reforma que de verdaderamente en el foco del problema tributario en el país.