Tras de la polémica que ha suscitado el “histórico” fallo de la Corte Constitucional respecto a la adopción por parte de parejas del mismo sexo, surge un interrogante que pone en jaque el concepto de familia en la sociedad.
El artículo 42 de la Constitución Política expresa una definición clara: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla”. Ahora bien, también es claro que los comportamientos del ser humano no están exentos de transformaciones que unos compartimos y otros critican. El libre desarrollo de la personalidad y la posibilidad de elegir debe ser la hoja de ruta mediante la cual hoy día se debe legislar.
Con base en lo anterior y sin olvidar la jurisprudencia que provee a las parejas del mismo sexo una inclusión lenta, tímida, pero real en la sociedad, me pregunto: ¿No será hora de replantear un “modelo” de familia en Colombia?
Si aceptamos que una pareja de homosexuales tenga los mismos derechos civiles que una heterosexual, por qué no podemos considerar que esa unión libre ya es una familia en los dos casos. No es conveniente caer en la parroquialidad de seguir creyendo que el mejor ejemplo para los niños es que en su casa habiten el papá y la mamá, así ha sido hasta ahora y miren cómo vamos.
Estudios muy serios determinan que un niño que se cría con padres homosexuales no es distinto –respecto a su comportamiento, su orientación sexual y su conducta- al que se cría con padres heterosexuales. A mi juicio, hay que comprender que la realidad es infinita; por lo tanto, está en constante cambio, muy distinto es que no “estemos preparados”.
La adopción en Colombia -entendida como un ejercicio serio entre el Bienestar Familiar y una familia responsable- es un proceso dispendioso que tiene como único fin garantizar el mejor futuro posible para un niño. Al ser así, por qué no considerar la posibilidad de ampliar el espectro de seres que con amor y dedicación pueden contribuir a que más niños tengan mejores vidas.
A los opositores de la adopción por parte de parejas homosexuales se les olvida que esos niños sin hogar, abandonados al garete, tuvieron un padre o una madre que ignoró por completo lo que significa una familia.
@zamivar
