El agua de panela no es más que agua con azúcar. Para ser más precisos, agua con glucosa, un carbohidrato simple de absorción muy rápida cuando está presente en líquidos, El consumo de azúcares simples como la glucosa, se ha convertido en uno de los más graves problemas de salud pública en el mundo, ya que especialmente presente en líquidos como el agua, jugos, café, bebidas gaseosas y diferentes infusiones, la mayoría de organismos no tienen una adecuada capacidad de asimilación y para metabolizarla, convirtiéndose la mayor parte en grasa que va a taponar las arterias, especialmente del corazón. Mucho más en sedentarios (Colombia tiene un sedentario por encima del 70 por ciento).
El azúcar en estas presentaciones es un importante factor de riesgo cardiovascular (de infarto) y para enfermedades degenerativas como la diabetes, la obesidad, ciertos tipos de neuritis, deterioro corporal temprano etc; por lo tanto hoy médicamente se exige la reducción de su consumo.
También se ha documentado por diversos estudios científicos, que la glucosa que ingresa con líquidos al sistema digestivo se asimila velozmente siendo transportada por la sangre y llevada hasta diversos tejidos. Allí reacciona con compuestos de proteínas formando los llamados 'AGES' complejos glucosa-proteína con alta capacidad oxidativa (actúan como radicales libres) y que hoy se sospecha son responsables del envejecimiento temprano al dañar las bases celulares de buena parte de los tejidos.
El azúcar libremente consumido es responsable de millones de muertes prematuras e incapacidades en el mundo. Declarar a una infusión azucarada (el agua de panela en este caso) como bebida nacional es absolutamente descabellado y atentatorio contra la salud pública. La diferencias entre panela y azúcar común son prácticamente inexistentes (salvo en el procesamiento), pero sus efectos finales fisiológicos en el organismo humano, son los mismos.
La gente no debe dejarse engañar o confundir, con la percepción de que la panela como tal no es tan mala como el azúcar. Son la misma cosa. Es posible que el azúcar muy refinada tenga algunas trazas de otras sustancias, pero el factor generador de riesgo es la glucosa, presente íntegramente y de igual manera en azúcar blanca y panela de cualquier color. Tampoco es cierto el mito de que los ciclistas colombianos tuvieron logros en Europa a punta de panela (una enorme falacia). Pregúntenle al Dr Arturo O`Byrne, uno de los primeros médicos que acompañó a nuestros ciclistas en el exterior. Desde hace unos buenos años nuestros deportistas de altos logros se benefician de la mejor asesoría científica posible y al alcance del país con brillantes profesionales. Y la panela precisamente no ha sido un sustento para ello.
Mientras en las ciudades y países más avanzados del mundo se da una frontal batalla contra las bebidas azucaradas, en Colombia queremos por Ley estimular su consumo, una contradicción enorme con la salud pública. En NuevaYork el anterior alcalde Michael Bloomberg se la jugó por la salud. Por norma decretó la restricción de la venta de todo tipo de bebidas azucaradas en presentaciones superiores a 500 CC. Mientras en este país el legislativo estaría pecando con ignorancia científica, en un afán más politiquero y acomodado con el pretexto de favorecer a los productores de panela (hay otras maneras más creativas de hacerlo y no exponiendo a riesgos sanitarios a todo un pueblo). No es más que una manifestación típica de ‘República Bananera’ o papelera en este caso.
¿Se inicia el derrumbe de las gaseosas?
Y precisamente y apropósito de lo anterior, en los últimos meses debido a nuestras campañas de educación y promoción de hábitos más saludables (en Colombia y el mundo), el negocio de las bebidas azucaradas se ha visto tocado. El presidente mundial de Coca Cola acaba de anunciar que por primera vez se han reducido sus ganancias (ganan menos pero siguen ganando), lo cual les ha propinado un tremendo susto por lo que les puede correr pierna arriba de aquí en adelante. En vista de ello contradictoriamente anuncian la entrada al mercado de una especie de Coca Cola verde o saludable, que en realidad no es más una engañifa disimulada. El imperio de las gaseosas, está tocado y puede iniciar su desplome.
¿Qué puede provocar el consumo excesivo de azúcar y carbohidratos refinados?
El consumo excesivo de azúcar y carbohidratos refinados puede provocar graves trastornos metabólicos como diabetes y obesidad, además de gran riesgo de infarto temprano. También se ha documentado últimamente, que la ingesta de azúcar en líquidos sería responsable del envejecimiento prematuro por daño en la base estructural de las células de muchos órganos.
Para evitar mayores males con la ingesta de carbohidratos simples o refinados, tenga en cuenta:
Restringir al máximo el consumo de todo tipo de bebidas azucaradas (tipo agua de panela, jugos, gaseosas, café, tés, etc), Su absorción es rápida y puede causar alteraciones de azúcar en la sangre como una hiperglicemia (azúcar elevado en la sangre) o hipoglicemia, una peligrosa caída de los niveles de glucosa en la sangre que puede afear gravemente el cerebro.
La mayoría de alimentos ya tienen almidones o harinas, por ello preferir carbohidratos complejos presentes en cereales, leguminosas, panes integrales, frutas y las pastas, que se asimilan más lentamente, dando tiempo y espacio para su adecuado metabolismo.
Regular el consumo de los refinados y panes blancos de baja calidad. Elegir algunos integrales. Los dulces, azúcares, caramelos, mieles, etc. solo deben consumirse en no diabéticos que tengan un importante nivel de ejercicio diario (que no sean sedentarios). Evite tomarlos con el estómago vacío.
Si se consumen ciertas cantidades de estos azúcares hay que aumentar los niveles de actividad física para mejorar el metabolismo.
Apostilla: Es obvio que la bebida nacional debe ser el café colombiano y evidentemente sin azúcar, ni panela. Hay razones de peso y de sobra para ello. Ya comentaremos en próxima nota, los enormes beneficios saludables que hoy tiene el café gourmet u orgánico. Aquel de alta calidad como el más suave colombiano.