Una decisión que se celebró con champaña en 2009 terminó convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para Germán Efromovich, el socio mayoritario de Avianca. El salvadoreño Roberto Kriete, en representación de su familia propietaria de TACA, formalizó en octubre de ese año la unión con Avianca. Con la decisión, la compañía colombiana pasaba a contar con 129 aeronaves, 12 mil empleados, un nuevo centro de operaciones clave en San Salvador, que funcionaría como Hub para Centroamérica, distribuyendo vuelos por el continente. Con esta transacción Kriete, quien está en la lista de los 10 empresarios más ricos de Centro América, quedó con el 20% de la reforzada aerolínea con presencia en 100 países y un puesto en la Junta Directiva. La operación la realizó a través de la firma Kingsland Holdings y cuatro años después la compañía debutó en la bolsa de Nueva York y de Colombia bajo el nombre único de Avianca Holding.
Roberto Kriete tiene peso específico en el mundo de la aviación. Además de haber consolidad TACA, creada por su abuelo, fue fundador y miembro del consejo directivo de la aerolínea de bajo costo Volaris y además es el presidente de la Asociación Latinoamericana de Líneas Aéreas.
La relación entre los dos socios mayoritarios fluyó sin sobresaltos hasta que en abril pasado German Efromovich hizo pública la decisión de realizar a través de su sociedad Synergy Aerospace, con la que es accionista mayoritario en Avianca, una alianza con United Airlines. Roberto Kriete se enfureció. Consideraba equivocada una decisión con la cual echaba por la borda los avances hechos con Delta Airlines y Copa que habían mostrado interés y que Kriete consideraba valorizarían a Avianca en USD$1.900 millones. Kriete estaba dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias. Tomó acciones legales internacionales.
Procedió entonces a demandar a su socio Efromovich ante la Suprema Corte del Estado de Nueva York. Según él había tomado la decisión inconsultamente, además de que la fusión con United Airlines le significaba a la compañía millonarios perdidas. Pero algo más grave. En la demanda plantea que “Efromovich realizó una operación secreta en beneficio propio para desviar millones dólares de Avianca y sus accionistas con el fin de evitar un desastre financiero personal porque los recursos de United llegaran directamente a su compañía personal Synergy Aerospace y no al holding”.
La pelea cogió volumen y llegó a los titulares de prensa. El brasilero reaccionó duramente frente a su socio. Lo señaló de haber incurrido en actitudes antiéticas y que el único objetivo de la demanda era “extorsionar para no pasar vergüenzas por todo el daño que él y su grupo le han hecho a la compañía, al interferir y no dejarla crecer”.
La demanda logró bloquear temporalmente el proceso de fusión con United. Esta pelea le ha significado al brasilero frenar su plan de expansión por el continente y tener que atender un costoso litigio en dólares y con las grandes ligas de la justicia norteamericana. Una tensión con un poderoso socio que se agravará con la complicada huelga con los 700 pilotos que tiene semiparalizada la compañía con grandes perjuicios para los viajeros pero también para los socios propietarios de Avianca holding.
