El pasado fin de semana finalizó en el Coliseo María Isabel Urrutia el Campeonato Suramericano de Gimnasia Rítmica, que tuvo lugar del 2 de noviembre hasta el 8 de noviembre de 2021 en la capital deportiva de Colombia. En total participaron ocho (8) países con sus muy entusiastas y elegantes delegaciones.
Como familia estuvimos acompañando a una de las participantes, quien fue seleccionada para conformar el grupo que representaría en sus categorías a Colombia en el evento suramericano. Para orgullo nuestro obtuvo siete medallas para nuestro país, enfrentando el arrollador desempeño ante Brasil y Chile.
He aquí nuestra apreciación del evento manifestando de manera respetuosa, pero firme, a los directivos del Deporte del Departamento y la Ciudad, lo que consideramos como fallas en la organización que nos hacen avergonzar como anfitriones caleños que fuimos.
La total falta de publicidad. No hubo ni una sola nota de invitación al evento, ni en prensa escrita ni radio, mucho menos televisiva, como si tan magno evento fuera una organización clandestina. No vimos a ningún periodista durante los días del evento entrevistando las delegaciones ni resaltando la técnica y organización de los países participantes, lo cual fue muy notorio para las familias acompañantes de los diferentes países. Con algunas de ellas tuvimos ocasión de conversar por la proximidad de nuestros asientos en el coliseo y su percepción de la organización y de nuestra ciudad no fue la mejor.
La falta de publicidad hizo que la poca asistencia se limitara solo a los familiares acompañantes de los participantes de los diferentes países que, por ser casi la mayoría niñas menores de edad, tuvieron que ser acompañadas de sus padres.
La escogencia del lugar. Fatal para la Capital Deportiva de Colombia. No por el Coliseo que, en honor a la verdad, está muy bien concebido para los diferentes deportes con algunas cosas a mejorar en sus instalaciones (como los baños públicos, algo primordial para evento), sino por el entorno. Qué vergüenza mostrarles a todos estos extranjeros un ingreso a un sector deportivo rodeado de talegos de basura, de una alambrada en mal estado, un parqueadero descuidado lleno de hierba y una fea portería de ingreso con porteros no muy corteses con los visitantes.
Para justificar el título de este escrito, “la orfandad de este deporte”, fue total, así como la ausencia de nuestras autoridades departamentales y del Distrito de Cali, tanto para la inauguración como para la finalización del evento. Daba verdadera tristeza sentir que nada les importó la presencia de siete países a nuestra ciudad.
Aquel acto tan importante que premia el esfuerzo y el sacrificio por el logro de una medalla, tanto de deportistas como entrenadores, familias de los países participantes, perdió su brillo, pues las autoridades que deben dar su apoyo y presencia aquí si brillaron por su ausencia, fallaron y dejaron a la Capital Deportiva de Colombia en desprestigio. Qué dolor con Cali y qué orfandad la de la hermosa gimnasia rítmica. Qué falta de liderazgo de los organizadores.
Conversando con algunas familias de las deportistas se dimensiona la orfandad de esta actividad y el esfuerzo para lograr algo. Es una entrega total de las familias, sobre todo en la parte económica: inversiones en trajes con altos costos por su calidad, agregando también los costos de clases, traslados a las competencias y demás que están a cargo de los padres o familiares, pues el Estado colombiano no contribuye lo correspondiente para esto menesteres. Conversando con algunas mamás acompañantes de las deportistas de Brasil y Chile, supimos que en estos países el Estado tiene un presupuesto amplio para los deportistas. Los resultados se dieron, pues fueron los países que se llevaron el primero y segundo lugar. Aplausos. Muchos aplausos para las niñas participantes de Colombia y sus familias que, superando todas estas dificultades, ocuparon el tercer puesto en la competencia suramericana en un deporte que en Colombia es “huérfano”.