En este momento el desafío más grande que tiene la derecha chilena es enfrentar, con una posición unificada, el plebiscito Apruebo o Rechazo a la nueva Constitución el 4 de septiembre. Chile Vamos es el centro de esa oposición que agrupa a la Unión Demócrata Independiente (UDI) liderada por Javier Macaya, Renovación Nacional (RN) con Francisco Chauhán y Evópoli encabezada por Andrés Molina, aunque el peso específico es de Felipe Kast, uno de sus fundadores.
Por fuera de la coalición está el Partido Republicano, disidencia de UDI, liderado por Rojo Edwards, sucesor del excandidato José Antonio Kast en la presidencia de esa colectividad.
Alianzas y partidos sufren fisuras con las derrotas, y en el caso chileno es más que evidente desde que José Antonio Kast perdió frente a Gabriel Boric en diciembre de 2021. El 11 de marzo, día de la posesión de Boric, la fragmentación de la oposición dio una clara señal.
En el Senado se debía elegir nuevo presidente de esa corporación y Renovación Nacional señaló como candidato a Manuel José Ossadón, pero UDI y Evópoli no lo apoyaron y votaron por Álvaro Elizalde del Partido Socialista. Vamos Chile terminó entregándole al gobierno una dignidad clave en el Congreso.
Las diferencias van más allá de este episodio que es traumático políticamente. Chile Vamos y el Partido Republicano tienen la mitad del Senado, 50 de los 100 escaños, y 68 de los 155 diputados de la Cámara. Sin embargo, lo que se ha visto es la ausencia de una postura única a la hora de enfrentar las iniciativas del gobierno, y eso es grave si se tiene en cuenta que el grupo no tiene un proyecto más allá de reaccionar en bloque a cualquier error que cometa Boric. Por eso los conocedores señalan que la caída del presidente es más fruto de sus desaciertos que éxito de la oposición.
Las rencillas personales han aumentado con la llegada de los republicanos a Chile Vamos. Salidos del ala más a la derecha de la UDI, sus líderes Kast y Edwards han ido empoderándose apoyados por los 15 senadores de su bancada. A las caras protagónicas de los líderes de los partidos de derecha se suman algunos miembros con figuración dentro la UDI como Jaime Vellolio, ex secretario general de Sebastián Piñera, y Evelyn Matei, alcaldesa de la comuna de Providencia.
Francisco Chahuán, desde Renovación Nacional, ha sido un activo opositor a Boric. Proviene de una de las primeras familias palestinas que llegaron a Chile, y en sus 51 años ha estado siempre ligado a la región de Valparaíso, a Viña del Mar. Allí nació, allí estudió, allí se graduó de abogado en la Universidad de Valparaíso, su esposa Sandra Ibáñez es jueza del Tribunal se Familia de Viña del Mar.
Él es columnista de El Expreso de Viña del Mar, y la revista El Periodista. Valparaíso es el eje de su vida política: diputado en el 2006, dos veces senador por esa circunscripción, una de ellas en la actualidad. En el 2017 declinó una postulación a candidato presidencial en favor de Sebastián Piñera, y en enero del 2021 volvió a candidatizarse pero renunció a la idea en 13 días. Seis meses después fue electo presidente de Renovación Nacional con más del 52% de los votos.
Tan pronto Boric ganó la elección presidencial, Chahuán lanzó la idea de un “gabinete en las sombras” para ejercer la fiscalización. La idea que no fue bien recibida entre sus socios y hasta fue objeto de mofa en las redes sociales. Ahora ha tenido el caballito de batalla de los fondos de pensiones, en respuesta a unas declaraciones de Boric desde Argentina.
Radicó un proyecto de ley que declara que dichos “fondos previsionales de los trabajadores chilenos son de propiedad de los trabajadores y, por tanto, son inembargables, inexpropiables y además son heredables”.
El eco en el gobierno llegó cuando la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, confirmó que el Ejecutivo ingresará la reforma constitucional que establece que los dineros de los fondos de pensiones son “inexpropiables”. Un anuncio hecho poco antes de la votación de dos proyectos de retiro de fondos de las AFP que era una condición de RN para apoyar la iniciativa gubernamental de retiro acotado. Ambos proyectos se hundieron.
El verbo afilado de Chahuán se ha escuchado. A los 50 días de mandato de Boric acuñó la frase: “Este es un gobierno de estudiantes en práctica que hasta ahora han reprobado”.
El presidente de la UDI, Javier Macaya, es un santiaguino de 43 años que estudió con los maristas y Derecho en la Católica, fue profesor en varias universidades entre ellas la Universidad de las Américas. Fundó su propio bufete en el 2008 “Estudio Jurídico Domínguez, Ossa, Long y Macaya” del que se retiró para asumir como diputado.
Desde entonces la política ha estado en primer plano. Cuatro legislaturas y 12 años como diputado antes se estrenarse como senador este 2022. Militante de la UDI desde hace 14 años, en su partido ha sido desde tesorero, secretario general, y es presidente con el 54, 8 % de los votos el 28 de diciembre del 2020.
Al terminar el primer mes del gobierno Boric, Macaya escribió una columna de opinión en la que dijo que "le ha pasado la cuenta la falta de experiencia para gobernar", y que "el mayor problema del actual gobierno radica en el estándar que ellos mismos se autoimpusieron al criticar de manera destemplada".
La violencia ha sido su tema. Se acercó a Boric y el presidente reveló una conversación en la que se planteó “la necesidad de un acuerdo transversal contra la violencia”, cuando está en boga la peor ola de atentados en La Araucanía.
Felipe Kast, 44 años, miembro del clan Kast, sobrino del excandidato José Antonio Kast e hijo de Miguel Kast, el economista que instauró el neoliberalismo en Chile es fundador de Evópoli y miembro destacado en la oposición del partido que hoy lidera Andrés Molina.
El ingeniero Kast hizo posgrado de intercambio en La Habana y se casó con la cubana Emelia Puga, se doctoró en Harvard y está más inclinado a los temas sociales. Su crítica y su campaña se ha centrado en el proyecto de la secretaria general del Gobierno, Camila Vallejo que proponía modificar el cuórum de 2/3 en la Convención Constitucional.
José Antonio Kast, expresidente de su Partido Republicano, de extrema derecha, ya está en labor informativa del borrador constitucional por todo Chile. Mientras el presidente José Manuel Edwards que ahora se llama Rojo porque legalizó su apodo en Notaría, ha dicho de frente que la “oposición será durísima” si Boric impulsa una agenda comunista.
Ante el Apruebo o Rechazo de la nueva Constitución, el Partido Republicano ha lanzado la idea de “una tercera vía” en caso de un rechazo, que el gobierno no ha aceptado. Se especula en que hay un cierto consenso en que la actual oposición no debe ser el bloque que lidere una eventual campaña de rechazo. Y que hasta el expresidente Sebastián Piñera insiste en que la derecha no puede figurar como la cabeza de esa iniciativa. La apuesta estaría en que la sociedad civil tome la bandera.
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