Durante mucho tiempo me he preguntado con qué se puede curar la “quejititis”, una enfermedad que padecemos la gran mayoría de colombianos gracias a las mañas y robos de muchos políticos que se disfrazan de personas nobles con el fin de llegar a diferentes cargos públicos, y no propiamente para cumplir con sus funciones sino para engordar sus bolsillos.
Este año Reficar, Odebrecht, congresistas, alcaldes, gobernadores y hasta el fiscal anticorrupción han multiplicado el malestar de los ciudadanos que no soportan la desgracia de tener unos líderes que se inventan y aprueban reformas tributarias e impuestos para poder tener una chequera gorda de dónde agarrar. Como quien dice: que trabajen, trabajen y trabajen pa' nosotros.
Quejarse y no hacer nada es como darles el aval para que sigan haciendo de las suyas en las diferentes instituciones públicas del país. Hoy la “quejititis” parece haber encontrado parte de la solución a un mal del que todos estamos cansados. El partido Alianza Verde, en cabeza de Claudia López y Angélica Lozano y en compañía de miles de voluntarios, recogieron 4.312.653 firmas, que llegaron de todos los rincones de Colombia hasta Bogotá gracias al apoyo logístico de una empresa de envíos.
A las 9:00 de la mañana con la presencia de medios de comunicación y ante el Registrador Nacional se hizo entrega de 150 cajas que contienen las firmas de todos los colombianos que creen firmemente que el país merece ser liderado por personas honestas y con la convicción de construir un mejor país para todos.
La ola verde que en el 2010 con Mockus y Fajardo puso a temblar al que Uribe dijo, está de regreso más fuerte que nunca, y no precisamente para firmar en mármol lo que nunca se cumplió, sino para ir a las urnas y vencer a los lobos que se visten de ovejas.