La odisea de los Mucutuy, 40 días en la selva

La odisea de los Mucutuy, 40 días en la selva

El 1 de mayo se estrelló la avioneta en que viajaban, caminaron 3 kilómetros y la aparición de un bebé y un pañal fue la clave para saber que estaban vivos

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junio 10, 2023
La odisea de los Mucutuy, 40 días en la selva

Salieron de Araracuara al mediodía del 1 de mayo. El destino final era San José del Guaviare. Pocos colombianos saben lo que pasa al sur del país. Las distancias son infranqueables y, lo desmesurado del territorio. La única forma de moverse es en chalupa o en vuelos en pequeñas avionetas de un lado al otro. Ni Lesly, la mayor, de 13 años, Soleiny (9 años), Tien 4 años y Cristin Neriman 1 año, los hermanos Mucutuy, habían montado jamás en una aeronave. Tenían miedo. Los peores presagios empezaron a cumplirse cuando la avioneta se declaró en emergencia -los audios son estremecedores-  y luego, desde la torre de control en San José del Guaviare, no se supo más. El país empezó a desesperarse ante la tragedia. A primera vista era una avioneta más tragada por las tormentas del Amazonas. Sin embargo, esta tenía un componente de misterio que empezó a interesarse a los medios bogotanos sofocados siempre por la costumbre de mirarse el ombligo: la avioneta no aparecía.

El ejército empieza a entrar en la zona y 16 días después del siniestro encuentran la aeronave. El piloto está muerto en su puesto, como el capitán que se hunde con su barco, pero no hay rastro de los siete pasajeros, tres adultos, cuatro niños. Al otro día encuentran los cuerpos de los mayores, pero de los niños no hay más rastro que un tetero y unos pañales usados. Por primera vez conocemos el nombre de uno de los héroes de esta historia, Wilson, el perro que por el olor del bebé logra encontrar los restos de la nave en la vereda Palma Rosa en la zona rural del municipio de Solano, Caquetá. El país entonces quiere más noticias, el gobierno, en caída libre en popularidad, pone sus reflectores allí.

Un día después el presidente Petro comete una de sus equivocaciones más clamorosas en 10 meses de gobierno. Cree en un trino que ve en redes sociales y se aventura a escribir: “Después de arduas labores de búsqueda de nuestras fuerzas militares, hemos encontrado con vida a los 4 niños que habían desaparecido por el accidente aéreo en el Guaviare. Una alegría para el país”. Pero pasan las horas y el Puesto de Mando Unificado no sabe nada de los niños. Hay versiones encontradas entre la directora del ICBF y algunos campesinos de la zona que dicen haber visto a los niños. Con el paso de los días la fe se resquebraja. Los únicos que la mantienen son la Guardia Indígena que envía el gobierno para unirse al comando del ejército que está al frente de La Operación Esperanza.

| Vea también: Las pruebas reales de que los 4 niños sí salieron con vida de la avioneta del Guaviare

Cabe el mito. La abuela dice que ella está segura que esa zona donde cayeron está habitada por duendes, por hadas del bosque y esta fe es alimentada por el testimonio de algunos de los que están en la Operación Esperanza de que hay huellas de una persona grande que los acompaña. Hace tres días encuentran huellas frescas de los niños. Wilson desaparece, se cree que está con los niños. La tormenta constante que caía sobre el lugar dificultaba la operación. Ante la noticia el país no cree. Los soldados están convencidos de que los van a encontrar. Dejan silbatos esparcidos por la selva y acordonan todo con la cinta de la vida. Y luego ocurre el milagro.

A las cinco de la tarde esa fue la voz que escucharon por las comunicaciones del Ejército Nacional “Milagro, milagro” decía un hombre emocionado detrás de la línea. Los uniformados y los indígenas toman a los niños, los abrazan, los alimentan. Están flacos, masacrados por los zancudos. Fue el triunfo de la voluntad de 120 militares del Comando de las Fuerzas Especiales de las Fuerzas Militares y 73 indígenas que componían la operación Esperanza. Pidieron apoyo aéreo y trasladaron a los niños a Bogotá donde llegaron sobre la medianoche del viernes. Y lo que viene será el relato de la aventura más descomunal que hayamos vivido en mucho tiempo, la de los cuatro hermanitos Mucutuy abandonados en la selva.

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