En 1986 el antropólogo Carlos Castaño Uribe iba en una avioneta por los Llanos Orientales cuando una tormenta empezó a torcerle el curso. Parecía que lo estuviera persiguiendo y pasó más de una hora de sobrevuelo para que pudieran volver a ver el sol. Sin embargo, la mirada de Castaño no se posó precisamente en el cielo, sino en las monumentales formaciones rocosas que pro primera vez un occidental veía en la historia de la humanidad. Ese paisaje que solo se puede ver en Avatar, lo presenciaba Castaño Uribe. Hasta ese momento los Tepuyes pertenecientes al escudo de la Guyana solo se habían visto en Venezuela, en lugares como el Salto del Ángel o en Brasil, pero nadie sabía que el lugar donde el dios Sol puso su báculo para marcar lo que era la el centro del mundo estaba a una hora en lancha desde San Vicente del Caguán. Lo que nunca imaginó Castaño Uribe es que en lo más alto de esos Tepuyes estaban dibujos que databan de hace 20 mil años.
Durante más de 30 años, el antropólogo Carlos Castaño Uribe se ha dedicado a estudiar el arte rupestre de Chiribiquete. Hasta los años 80, ni siquiera aparecía en los mapas, y en medio de azar, Castaño Uribe dio con el lugar. “Íbamos en una avioneta a Leticia cuando nos cogió una tormenta saliendo de San José del Guaviare y tuvimos que desviarnos al sur. Fue apareciendo en el horizonte una serranía absolutamente desconocida. Y aunque fuera conocida por muchas personas, fue toda una revelación, y para mí, el descubrimiento”.
Y precisamente fue ese tesoro el que llamó la atención y trajo al multimillonario Jeff Bezos a Colombia. Anoche el multimillonario y su novia Lauren Sánchez estuvieron comiendo con el ex ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, la ex directora de Parque Nacionales, Julia Miranda, y el director de la Von Humboldt. Hoy viaja al Chiribiquete con el presidente Iván Duque.
En 1989 Castaño declaró Chiribiquete como zona protegida, cuando era director de Parques Nacionales. En los años siguientes realizó 8 expediciones y desde entonces se han descubierto más de 70.000 pinturas rupestres sobre las 38 enormes mesetas del parque. Hoy en día Chiribiquete todavía es el centro del Mundo para las comunidades indígenas que lo visitan.
Castaño Uribe se obsesionó con Chiribiquete. Durante los 15 años que estuvo al frente de Parques Nacionales armó todo para ampliar el área protegida y coordinar con Julia Miranda, actual directora, las visitas de la UNESCO para demostrar que el parque es único en el mundo. Según su hija María José Castaño, “siempre dice que ‘no sabe si él encontró a Chiribiquete o Chiribiquete lo encontró a él’. Entre todos los hijos sabemos que ninguno de nosotros le puede competir por atención o dedicación a este parque, que siempre ha sido su preferido”.
El libro Chiribiquete: la maloka cósmica de los hombres jaguar comprime todos los años de investigación de Castaño y fue realizado con el apoyo del Grupo Sura. Todos los fondos que se recauden serán destinados a preservación de Chiribiquete. La obra se encuentra en Librería Nacional, Panamericana, Librería Lerner, 30 puntos de venta del Éxito y las tiendas virtuales de Villegas Editores y Mesa Estándar, entre otras librerías del país. Puede adquirirse en dos ediciones; una de bolsillo cuyo costo es de $59.000 pesos y otra de gran formato que vale $220.000 mil pesos. El objetivo del libro es hacer que todos los colombianos tengan a su disposición una herramienta que les permita conocer Chiribiquete sin visitarlo, pues el turismo representaría una amenaza para el parque.
Para Castaño el lanzamiento de este libro representa una gran oportunidad que tiene el país para conocerse a sí mismo y valorar su historia: "Esta es una ocasión para poder ambientar un mensaje de mucho respeto y de mucha amplitud en el conocimiento de nuestra ancestralidad. Tenemos entre manos no solo la protección de un sitio sagrado, especial, sino también el papel fundamental de muchos de los designios y de nuestros símbolos que seguramente aquí van a surgir en esta historia para poder apoyar el tema de mayor debilidad que a mi juicio tiene el pueblo colombiano: una verdadera identificación con su identidad y raíces profundas. Chiribiquete es un contexto prometedor para que empecemos entre todos no solo a conocer nuestro pasado, nuestras raíces sino también ese sentido enorme de responsabilidad con este patrimonio de la humanidad que debemos proteger para el mundo".
