La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, fue la obra de teatro con la que un grupo de 12 prisioneras de la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá, dieron origen al proyecto que hoy se denomina Teatro Interno.
Hoy es una fundación que adelanta una labor social en 20 cárceles del país y que ha beneficiado a unos 4.000 reclusos. Johana Bahamón, su creadora y directora, fue quien inició esta iniciativa hace cuatro años.
En ese momento tenía una carrera artística de 15 años. Pero una visita al Buen Pastor le dio un giro a su vida. Allí llegó invitada para que fuera jurado de un reinado de belleza, donde pudo conocer de primera mano las dificultades que vive la población reclusa del país. Pero también sus sueños y la posibilidad de cambio que puede traer una experiencia artística.
“Fue imposible ser indiferente. Me impactó la situación de las internas y quise seguir yendo y trabajar con ellas”, nos cuenta.
Por eso cambió su carrera actoral por la causa de la población reclusa. Primero montó una obra, que luego dio origen al proyecto que llamó “Teatro Interno” y al que hoy está dedicada de tiempo completo.
“Las personas con las que trabajé, después de tres meses, eran otras. Me di cuenta de que el teatro es una oportunidad que puede cambiar a una persona”, explica.
Luego de esa experiencia surgió el festival de teatro carcelario, en el cual los internos se preparan durante un año, se presentan en su ciudad y el grupo ganador participa en el Festival Iberoamericano de Teatro.
En el 2013, Johana creó la Fundación Teatro Interno, que actualmente tiene tres áreas de trabajo: una de arte, una de crecimiento personal y otra de proyección laboral. De ellas no sólo se beneficia la población reclusa sino los “pospenados”, aquellos que ya cumplieron su condena y hoy buscan una nueva vida tras recuperar su libertad.
También creó -junto con el Inpec, Minjusticia y Colsubsidio- la Casa Libertad, sede de la fundación y que sirve como punto de encuentro y de funcionamiento de varios proyectos sociales y de capacitación. Su objetivo primordial es abrir caminos a la reconciliación y a la resocialización
Esta labor ha contado con el apoyo de las autoridades del Estado encargadas de las cárceles, como el Inpec y el Ministerio de Justicia, y del sector privado, con el que se exploran iniciativas como capacitaciones, una línea de crédito para pospenados y oportunidades laborales para ellos.
Johana prefiere no opinar sobre la política carcelaria, aunque cree que podrían tomarse medidas como dar casa por cárcel a los sindicados como fórmula ante el hacinamiento carcelario.
“En las cárceles hay unos 121 mil internos. Pero un 40%, casi la mitad, son sindicados. Se les puede dar casa por cárcel y podría aliviarse este problema”, afirma.
Victoria Hernández, que fue su profesora de teatro, ha sido una de sus principales colaboradoras. Ella dirige el Festival de Teatro Carcelario, que ya va para su tercera edición, y también fue quien le sugirió “La casa de Bernarda Alba”, la obra que habla sobre la represión contra la mujer y sobre sus sueños de libertad, como el que Johana Bahamón hoy materializa con su fundación.