La conquista, en términos científicos, es el desarrollo de habilidades de comunicación que le permiten a usted armar su grupo social; seducir no es solo para levantar mujeres u hombres —según su sexo o preferencia— y llevarlos a la cama, sino tener un proyecto de vida que le funcione. Mejor dicho, tener éxito.
Y es que hoy en día los muchachos tienen muchas estrategias a la hora de conquistar por cuenta de la tecnología. Mientras a mi mamá le dijeron que si se besaba con un muchacho quedaba embarazada y a mí me advertían que nada de recibir visita en las esquinas porque para eso había sala en la casa, las jovencitas de hoy tienen que estar más atentas en los sitios de rumba para no caer en las “técnicas de Mistery”, que ha sacado de apuros a los tímidos e inexpertos y que muy hábilmente utilizan hoy los jóvenes para “levantar”.
Supe de Mistery por la conversación que muy generosamente me compartieron dos muchachos de 18 años “cómplices” en la seducción y por quienes estoy escribiendo esta columna; ellos alimentaron mi curiosidad periodística. Mistery es hoy un hombre de 42 años, canadiense, que en su juventud fue muy de malas para conquistar. Era gordito, feíto y poco exitoso con las mujeres. Preocupado por su situación, se dedicó durante diez años a estudiar el comportamiento social de sus pares en las fiestas para saber qué funcionaba y qué no a la hora de seducir. Fue el pionero del Pick up Artist o “El artista del levante”, que ha sido el boom —valga decir— entre jóvenes y adultos.
Las técnicas de Mistery
Usted se imaginará que le voy a contar el paso a paso de todo un proceso complejo y serio para conquistar; pues no es así. Es tan simple, como absurdo, inverosímil y —si quiere—tonto. Sitúese en una fiesta de jóvenes en la que predominan los grupos. Si están solo mujeres sí que se vuelve un reto para “el conquistador”; tiene que llegar y romper el hielo de una, y se inventa una historia como esta:
Conquistador. —Hola, ¿vieron la pelea que hubo afuera?
Mujeres al unísono. —No, ¿qué pasó?
—Pues que Simón se agarró por una vieja con otro man, forcejearon, la vieja se metió a separarlos, la tumbaron y como tenía vestido sin tiras se la salió una teta.
—Nooooooooo, jajajajaja, pobrecita. Qué manes tan pesados. ¿Y tú cómo te llamas?
Sí señores, para que vean que ahí se rompió el hielo. Pero quiero contarles la técnica que tiene un nombre muy especial y por la que ustedes se están preguntando desde el título:
La técnica de la “ñufla”
Bueno, realmente era imposible que Mistery la llamara así, pero para acomodarla a nuestra cultura criolla le adapté ese nombre. Una ñufla, para quienes no lo saben, es ese indiscreto e inocultable pedacito de cilantro, pimienta, crispeta, mazorca, queso, etc., que se nos queda entre los dientes cuando comemos algo. Pues bien, no hay nada que le inspire más confianza, queridura y cercanía a una mujer —dice Mistery— que un amable caballero que le quite la vergüenza de reírse con lunar, bien sea porque tiene labial en un diente o una ñufla entre dos de ellos. Lo interesante de esta técnica es que ni la una ni la otra son verdad, son solo una movida estratégica para conquistar.
La conquista más en serio
Según los expertos, Misterytrajo cosas buenas y malas que se resumen en una frase: “Me acuesto con todas pero no soy feliz”, y de eso no es de lo que se trata la conquista, como lo dijimos al comienzo, porquese volvieron técnicas manipuladoras que no mostraban a la persona como era y no se aplicaban sino en fiestas.
En 2005 surgieron los foros en inglés abordando el tema. Se creó una comunidad muy famosa cuando Niel Strauss sacó el libro El Juego, traducido como El método enfocado en todas las edades y útil para aquellos —hombres y mujeres— que hoy están separados y nuevamente se encuentran en el escenario de la seducción; para los tímidos, los vírgenes de 30 y 35 años que sí existen y que no han besado a una mujer; todavía me resisto a creerlo.
A nadie le enseñaron cómo acercarse al sexo opuesto, cómo abordar sino desde el punto de vista del “caballero” o la “dama”, pero la vida real no es así. A la mente le gusta el atravesado (a), el maloso (a), el (la) picante: el auténtico.
Se imaginarán cuánto me divertí escuchando a los muchachos de quienes aprendí una conclusión muy importante que les quiero compartir: No se tomen la seducción tan seriamente porque es un juego, una carrera de carros, unas veces se gana y otras no. Si usted fracasa no es su culpa; no es que se sea malo, ni feo ni de malas, ni nada; no se dé fuete. Solo mejore y haga de la conquista algo satisfactorio, divertido y chévere.