Un usuario en Tik Tok publicó un vídeo donde se ve cómo sobre el paso a nivel del ferrocarril sobre la NQS, a la altura del centro comercial Mall Plaza, se había convertido en la nueva escombrera de la ciudad de Bogotá.
Pero lo más infame no es que se use el espacio público como un botadero, sino que es justo donde se encuentra la vía férrea, la cual iba desde la estación de la Sabana hacia Zipaquirá. Todo esto no hace más que sepultar la historia de un sector donde se encontraban varías líneas de los ferrocarriles que cruzaban a Bogotá, como el ferrocarril del sur, el de occidente, el del Norte y el del Nordeste.
En este sector convergían todas esas líneas que iban hacia la Estación de la Sabana, y la Estación del ferrocarril del Nordeste (que iba a Boyacá). Por eso, desde los que llegaban de Soacha, o de Fontibón, o inclusive los viajeros que llegaban por el Expreso del Sol, ya sentían más cerca la llegada definitiva al corazón de la capital.
Este lugar cercano a la plaza de mercado de Paloquemao, donde están algunas fábricas abandonadas como la de cerveza Andina y otros puntos reconocibles del oriente de la ciudad, era muy diferente hace mucho tiempo. Donde ahora está la unidad residencial Colseguros, hace 70 años se encontraba el taller del Ferrocarril del Nordeste.
La línea del nordeste sigue activa una parte, antes iba por la carrera 30 y daba la curva hacia Tunja, en Boyacá. En 1954 se fusionó con la línea que va a Zipaquirá, por lo que llega hasta la Estación La Caro, en inmediaciones de Chía, y ahí se bifurca la línea en dirección a Tunja o Zipaquirá.
El proyecto de Regiotram de Occidente tiene pensado pasar por esta zona, pero no se desviará hacia la Estación de la Sabana, sino que seguirá hacía la calle 26 con carrera 17, para integrarse con Transmilenio y la primera línea del Metro de Bogotá.
Este nuevo tramo es lo que en parte acabó con la Estación de la Sabana, de la cual hablé un poco en este artículo, documentando cómo Turistren, el único servicio de pasajeros que salía de una Estación terminal en el país, tomó la decisión de abandonarla, dejándola desprovista de la vocación ferroviaria que mantenía. Por el momento el futuro que tiene es incierto.
Y esto se debe especialmente a que Regiotram va levantar la vía existente para pasarla a una trocha diferente (la distancia entre riel y riel) que será de un metro con cuarenta y tres centímetros, lo que hará que no se puedan utilizar ciertos tramos de la vía férrea por las locomotoras que pasan hoy día por Bogotá, como lo es Turistren y el tren de carga entre Bogotá y Belencito. Dentro de los planes del proyecto no se ha contemplado soluciones como un tercer riel.
Estas imágenes son algo que se ha vuelto paisaje en Bogotá, lugares que, por falta de cuidado por parte de los dueños o el Estado, son aprovechados por otros actores que ven una oportunidad de negocio, evitando así, pagar por botar los escombros en un lugar designado. Y con lo que podíamos ver esa vez, estaban ya sacando los rieles que se encontraban en el paso a nivel de la carrera 30. Además, esto puede ser un peligro para cualquier persona que vaya en moto, por lo que el agujero ya es bastante grande.
Esto zanja una vez más, el abandono del legado del ferrocarril, y más en este lugar que tuvo una gran importancia definitiva en el desarrollo de la ciudad. Un par de piedras sellan de forma descarada este corredor que antes era el progreso de una nación. Su condena final es ser carcomido por el utilitarismo de la infraestructura nueva que vendrá.
P.D: Gracias a Gerson Valbuena por ayudarme con la investigación de este artículo.