Mayda Cecilia Velásquez Rueda (1976) se estrena como alcadesa menor de Usaquén, la mayor localidad con estratos cinco y seis del Distrito y todos los aprietos. Quinientos mil habitantes qué cuidar, el reto: no retardar más la equidad, superar la lejanía social, debilitar el antagonismo entre el cero y el seis, odiosa y ociosa jerarquía que nos enfrenta. En Usaquén uno de los mayores niveles de vida y al costado el desplazado, el invasor, el rebuscados, el desempleado, la violencia intrafamiliar y el largo etcétera del desorden que campea en esta conurbación llamada Bogotá.
Hija de un educador, Carlos y de la abogada Cecilia, conoce palmo a palmo Usaquén; bachiller del colegio de las monjas de La Pureza de María, es trabajadora social de la Universidad Nacional, especialista en política social de la Javeriana y candidata a magister de esta misma universidad.
“El Derecho no tiene que ver con la justicia”, se justifica por no haber optado por el título de abogada que le exigía su progenitor. Lo suyo es el convenio social, por su estirpe liberal; idealista, emotiva, sensible, franca, directa va a los hechos. Quince minutos tardó su entrevista con el alcalde Enrique Peñalosa para prometerse con disciplina y poco presupuesto ($28 mil millones) a responder por el Plan de Desarrollo, el espacio urbano, la vida en comunidad, la seguridad, las vías y el medio ambiente. “El alcalde quiere un corredor turístico desde la plaza de Bolívar al parque de Usaquén, y de allí un metrocable que lleve al embalse de San Rafael, bordeando los cerros del nororiente y que se convierta, además, en un cortafuego para la protección de esa reserva”, revela con entusiasmo.
Soltera, sin hijos, devota de la Virgen de la O de Morcá, que se venera en Sogamoso (Boyacá), se le mide a la alcaldía de Usaquén con el respaldo de votos de confianza de ediles del Polo (1) y Cambio Radical (2), aunque jamás ha cruzado palabra con su líder, el vicepresidente Vargas Lleras. Piensa como Fito Páez que “el vuelto siempre está de más”.
Un esfuerzo, otro más allá de la igualdad de la calidad de vida será atender un cincuenta por ciento de la malla vial, la visión de un extenso bulevar para artesanos, la seguridad y menos discriminación.
Mayda Cecilia tiene que estar con los de arriba y los de abajo o como sentencia Sábato ya no se dice que son los de abajo sino los de fuera, para recuperar y fortalecer Usaquén, la localidad número uno del Distrito Capital. Nada fácil, nada imposible para su tenacidad, juventud y experiencia ya demostradas en importantes cargos en Boyacá y Bogotá. Mayda es capaz.
