Tuve la oportunidad de conocer al maestro Leandro Díaz desde muy niño gracias a la iniciativa de mi papá y a la amistad que cultivó con el maestro durante años de intercambios y aprendizajes.
En nuestra casa fue nuestro huésped en varias oportunidades, recuerdo que era muy buen bebedor y conversador.
Leandro fue a la Sede Norte de Uniatlántico cuando Alfredo Castro Haydar era Vicerrector de Bienestar (asesinado por los paramilitares), invitación que le hizo por sugerencia de mi padre.
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Recuerdo que lo acompañé a la universidad y llegamos en un carro que la Lotería del Cesar le había obsequiado, si mal no recuerdo era un automóvil de marca Hyundai que llevaba por todos lados los letreros de la generosa lotería (o más bien de su gerente del que supongo era amante de la música de Leandro).
En la cafetería dictó una charla, en la que un ilustre filósofo universitario cuyo nombre me reservo, atinó a preguntar: "Maestro Leandro, cuando usted entona al recordarte Matilde sentí temor por mi vida, plasmó usted una profunda reflexión filosófica. ¿En qué sé basó usted, maestro, para llegar a tal elucubración existencial?".
El maestro Leandro le respondió con su peculiar voz añatada: "Bueno, yo sencillamente iba subiendo la sierra en un Jeep y este casi se desbarranca y en lo primero que pensé fue en Matilde Lina, por eso la puse en la canción".
¡Enhorabuena por este homenaje que le hace la TV nacional a su vida y obra con la novela de Leandro Díaz!