Para quienes estamos comprometidos con el adecuado manejo de residuos, la plataforma Amazóniko ha sido un gran descubrimiento que funciona muy bien.
Pero lo que sorprende aún más es que este emprendimiento está creciendo a tasas de 14% al mes en nuevos usuarios, lo que refleja la muy buena acogida de la plataforma.
Recordemos que el mejor residuo es el que no se genera, por ello en mis prácticas de consumo responsable siempre privilegio el evitar, reducir (sobre todo desechables de un solo uso) y reutilizar antes que reciclar o desechar.
El material aprovechable que no podía yo evitar o reutilizar, ya lo venía entregando a recicladores de mi zona. Pero Amazóniko me brindó la ventaja adicional de recogerlo a las puertas de mi hogar y recompensar con puntos redimibles el peso del material entregado.
La dinámica es muy sencilla: al registrarte como usuario, ellos te entregan un par de resistentes bolsas blancas reutilizables, debidamente marcadas, en las cuales por un lado separas papel, cartón y tetra pack (limpios y secos), y en la otra, plástico, metal y vidrio.
Una vez acumulado bastante reciclaje, programas su recogida en la misma plataforma y alguno de los recicladores de oficio que ellos han sabido integrar a su propuesta recoge las bolsas a las puertas de tu hogar. En función del peso entregado, obtienes puntos redimibles con los que puedes adquirir productos sostenibles, cerrando perfectamente el ciclo colaborativo.
En entrevista, su fundador y director general, Daniel Rodríguez, nos cuenta más detalles sobre este novedoso esquema de recolección y valorización del material aprovechable, con el que aspiran a llegar incluso a países tan lejanos como Indonesia o India, muy aquejados también por el problema de basuras.
¿Cómo y en qué año nació este emprendimiento? ¿A qué ritmo han crecido?
Amazóniko nació en junio de 2017, basándose en el hecho de que los materiales reciclables tienen un valor y por eso deberían ser una forma de pago. De allí, y después de un piloto y proceso de pivotaje (replanteamiento), llegamos al modelo actual de recolección puerta a puerta. Nuestro índice de usuarios nuevos está en 14% cada mes.
¿En qué ciudades operan? ¿Tienen planeado expandirse a otras en el corto y mediano plazo?
Por ahora solo estamos en algunas localidades de Bogotá, donde estamos trabajando para tener cobertura total, y luego poder incursionar en otras ciudades principales de Colombia. También estamos trabajando un programa de replicación para usar nuestra plataforma en países como Ghana, Indonesia o India.
¿A qué atribuyen que en Colombia siga habiendo tanto desconocimiento en el manejo de residuos, desde autoridades, pasando por operadores de aseo y hasta el usuario final?
A la desconexión que hay en la cadena de reciclaje, hogares sin incentivos o castigos a un correcto proceso de separación en la fuente, falta de garantías para un adecuado cierre de ciclo distinto al relleno sanitario, indiferencia y estigmatización de los recicladores de oficio, informalidad en el mercado de residuos y falta de interés institucional y responsabilidad extendida (del productor).
Muchos ven como un obstáculo la obligación de dejar el reciclaje a los recicladores, pero ustedes supieron integrarlos muy bien. ¿Qué hace falta para ver más servicios como el de Amazóniko en el país y en América Latina?
Hace falta distribuir el valor a lo largo de la cadena, cada eslabón tiene su rol y su retribución por hacerlo: hogares, recolectores, industria y comercio. De nada sirven actividades aisladas o campañas cortas, este tipo de modelos colaborativos solo funcionan con una participación activa y comunicación directa entre los diferentes actores. Falta más formalidad en la base y una comunicación disruptiva hacia los consumidores.
¿Han pensado en llegar a otros mercados de la región?
Sí, queremos a mediano plazo extendernos a nuevos mercados tanto en América Latina como en Centroamérica, donde ya identificamos un mercado similar y necesidades que la tecnología puede resolver.
