Gilberto Tobón, como MinJusticia.
Miguel Ángel del Río Malo, Fiscal General,
Rodolfo Hernandez, Procurador General.
Miguel Ángel del Río Malo, Fiscal General,
Rodolfo Hernandez, Procurador General.
Para nadie es un secreto, ni información encriptada, la rampante corrupción administrativa que campea en el país sin que nadie la ataje, pues, como dice el ingeniero Rodolfo: “Los acuerdos programáticos entre políticos, no son otra cosa que la repartición del porcentaje que cada uno se va a robar”.
Han querido maquillarlo todo en el país, para cambiarle el rostro a la impunidad. Como cuando Duque dijo que ya las masacres no se llamarían masacres sino: “Asesinatos colectivos”, o al aborto no se le llamaría un crimen, sino: “Interrupción del embarazo”, entre otras más frases modernas como estas.
La corrupción administrativa que no es otra cosa que un atraco descarado al erario, al bolsillo de todos los colombianos, le han puesto el nombre de “mermelada” y en otras épocas “coima”, extras o sobornos, más exactamente “comisiones”.
Los atracadores son vistos como héroes entre sus familias y en la sociedad, y si son apresados, tienen la facultad de evadir la justicia, cuestionarla públicamente, poner en tela de juicio a jueces y magistrados, conceder entrevistas, dirigir sus clanes por Twitter, casa por cárcel, además, premiados por la sociedad con los laureles del martirio y la persecución política, como insignes padres de la patria.
Con estos tres personajes, Gilberto, Miguel Ángel y Rodolfo, se compondrían una nómina de lujo, con los suficientes pantalones y carácter para hacer respetar la justicia. Obvio que no serían afines al candidato del imputado.
“Hay que quitarle a los ladrones la chequera del estado” insiste el ingeniero Rodolfo, porque, la chequera es el poder que los mantiene en el poder, por esto, llegan hasta las más absurdas e ilógicas felonías, a las campañas de calumnias y mentira, para mantener ese poder voraz, que no los satisface ninguna cantidad.
Pero es el pueblo, quien decide si paramos o seguimos con los mismos 200 años más.