Que una niña de tan solo 1,21 metros de estatura sea capaz de desafiar el feroz toro de Wall Street, en la ciudad de Nueva York, ya es un gran reto para quienes habitan esta calle en la que tienen sede los mercados más importantes del mundo.
Y eso es lo que ha sucedido cuando acaban de otorgarle permiso de permanencia por otros once meses a la estatua de “La niña sin miedo”, que enfrenta desde 2017 al temido toro de Wall Street.
Esta calle, de ocho cuadras de largo, ubicada en el distrito financiero de Lower Manhattan, es la impronta de los mercados financieros que representan el poder económico del mundo.
Según los historiadores, Wall Street fue conocida originalmente como Waalstraat, cuando formaba parte de Nueva Ámsterdam en el siglo XVII. Dicen que existió un muro real en la calle desde 1685 hasta 1699. Durante el siglo XVII, Wall Street fue un mercado de comercio de esclavos y un sitio de comercio de valores, así como la ubicación del Federal Hall, primer capitolio de los Estados Unidos.
A principios del siglo XIX en el área predominaron los negocios y la industria financiera se centro en Wall Street. Alberga las dos bolsas de valores más grandes del mundo por capitalización bursátil La Bolsa de Nueva York y NASDAQ. También allí tienen asiento varias sedes bancarias y grandes rascacielos.
Y es en esa calle donde también está ubicada la famosa escultura del toro de Wall Street o Charging Bull, toro embistiendo, una escultura en bronce que pesa 3200 kg creada por Arturo Di Modica, situada en el parque Bowling Green, cerca de Wall Street.
La escultura representa un toro a punto de embestir y simboliza la fuerza y el poder frente a los dominios financieros. Quienes han estado en el lugar muy seguramente también se habrán hecho tomar una foto sobando los testículos de la famosa escultura.
Pero en 2017, sin que nadie se diera cuenta, al amanecer del 7 de marzo, víspera del Dia de la Mujer, según lo narra Miguel Lorenci, en el periódico El Heraldo, apareció la estatua de “La niña sin miedo” plantando desafiante su pequeño cuerpo al monstruoso toro de Wall Street.
“Con sus brazos en jarras y su falda al vuelo, retó al imponente 'Charging Bull', el toro de bronce del escultor Arturo Di Modica, cuyos testículos soban cada día miles de turistas. El morlaco despertó aquel día con la pequeña e intrépida guerrera mirándole de frente en actitud desafiante. Era el colofón de una ingeniosa campaña publicitaria que encargó la efigie para reconocer la labor de un fondo de inversión en empresas con mujeres en cargos relevantes”.
La obra fue realizada por Kristen Visbal, de origen uruguayo, y es una niña que pesa 113,4 kilos y mide 1,21 metros de altura. Tiene los brazos en jarra y su falda como una bandera al viento que reta al famoso Chargin Bull, del escultor Di Modica. La estatua fue parte de una campaña para reconocer la labor de un fondo de inversión en empresas de mujeres con cargos relevantes.
Como se entenderá las voces de protesta se alzaron en contra de la estatua de la niña lo que dio como resultado que la autoridad de Nueva York le diera inicialmente un permiso de una semana que amplio luego a un mes, y después a doce, como ubicación temporal. Ahora le han dado otros once meses de estadía a la estatua de la chiquilla que ha puesto en jaque al gran emblema del poderío en el mundo.
Dice Miguel Lorenci en su artículo que “A Di Modica no le gustó que la niña se instalara frente al toro ni la dinámica generada entre ambas obras: una cría de apenas 100 kilos desafiando la embestida de su toro de más de tres toneladas, símbolo de poder financiero. Según Di Modica, la cría convertía al toro en un villano y alteraba el significado de su escultura. También criticó que fuera una maniobra de marketing, olvidando que él mismo instaló su toro sin permiso en otra exitosa estrategia publicitaria”.
Por ahora quienes visiten la Gran Manzana podrán aun observar el enfrentamiento entre la niña y el famoso toro que representa el poder financiero.