Para nadie es una noticia que a Iván Duque le dicen lo que tiene que hacer, pues realmente no sabe cómo timonear un barco llamado Colombia. Nuestro primer ministro necesita que le ayuden a la hora tomar una decisión, porque de lo contrario la inercia termina hablando por él. Su papel ante la crisis nacional que está ocasionando una pandemia mundial, simplemente sale a relucir por su inoperancia ante las medidas tardías que viene implementado. Tuvo mucho tiempo para controlar la propagación del coronavirus en el territorio nacional, pero se propuso actuar cuando el agua le estaba llegando al cuello.
Analicemos sus errores ante la presente situación, y podríamos empezar hablando de su falta de medidas aeroportuarias. Cuando otros países cerraban sus fronteras, disponían de fuertes controles aéreos y entendieron que la cosa era seria, Duque no sabía si era viable imponer una cuarentena obligatoria. No pensó con antelación que los connacionales que viven en España y en Italia regresarían, huyendo de la pandemia para supuestamente resguardarse en sus ciudades de origen. El presidente terminó importando el virus sin un control riguroso, porque debió establecer para estas personas unas medidas más estrictas desde un punto de vista médico.
Ahora qué decir de lo que está viviendo la clase trabajadora, el pobre proletario que siempre es pisoteado por la clase empresarial de este país. Duque no se ha dado cuenta de que a muchos colombianos los están despidiendo de sus empleos, que tienen que comer y que hay unas familias que no pueden vivir simplemente de la caridad. Ni siquiera se ha pronunciado por la injusticia de estos despidos, lo que indica que respalda el proceder inhumano de los empresarios que lo colocaron en el solio de Bolívar.
Aunque le ha pedido a la banca que sea más solidaria, todos sabemos que en el fondo trabaja para ella. Recuerde usted, amigo lector, que la vicepresidenta trabajó para el grupo Sarmiento Angulo, por lo tanto, el hombre más rico de Colombia cuenta con la ayuda de este tristemente célebre gobierno. No me queda nada más por decir que la negligencia de Duque no tiene precedentes, porque pensemos que ni el mismísimo Pastrana, otro presidente incompetente que hemos tenido, ante una emergencia como esta hubiese procedido tal como lo está haciendo el hombre que escogió el uribismo para regresar al poder.
