Tal vez parezca algo raro pero he estado pensando en el gran parecido entre un texto y un avión, incluso tal vez alguna vez en mi vida escuche este parecido pero hasta ahora le entiendo en profundidad:
El título del texto es el camino que escogemos seguir y el destino al que queremos llegar; aún desconocidos para nosotros el camino y el destino el título es una pequeña pista para escoger lo que más nos gusta.
El texto es la nave de los viajeros, aquella en la que se transporta y multiplica el crecimiento individual y colectivo, es el que nos lleva por el camino del conocimiento y la libertad; gracias a ella podemos viajar por el tiempo y el espacio conociendo algo de las grandiosas mentes que hicieron y aun después de muertos hacen historia; el texto es una nave que puede ser cambiada por el lector y el escritor, al menos en su significado; el texto es una nave comercial, el escritor primero, es el creador de la nave y sus pasajeros los lectores o segundos escritores, el escritor no sería nada sin sus lectores que le den significado a lo que hace.
El escritor sin embargo es un ser del mundo susceptible al cambio; y este escribe condicionado a donde este, por ejemplo en una playa, en un cuarto encerrado etc.; algún suceso que afecte sus emociones y pensamiento como: la muerte de un amigo, alguna injusticia del mundo entre otras y la época en que escribe (un escrito de los años 60’ diferencia de uno de la actualidad). Roger Chartier, en su texto Las Revoluciones de la Lectura explica que el lector a final de cuentas es el que interpreta las emociones, contexto y significado del texto y en general al escritor le interesa o le debería interesar más lo que los demás descifran de su escrito y el significado para la vida que le dan y así meditar sobre si es lo que quiere proyectar. (Así mismo como al piloto de la nave le interesa la comodidad de sus pasajeros). Según donde el lector lea por ejemplo: el transporte público, acostado bajo un árbol y demás; y según en qué humor lea; incluso Chartier propone que a través de la historia ha evolucionado la forma de leer; este le da el significado que le parezca al libro (así como un pasajero furioso no interpretara el viaje de la forma en que lo haría alguien feliz o alguien que vaya de viaje de vacaciones y alguien que vaya de viaje de trabajo).
Además según Chartier (Las revoluciones de la lectura: siglos XV a XX, num.7, 1999, pág. 97-98), el leer había creado en las personas un distanciamiento de lo que es el mundo real fuera de los libros; ejemplo de esto es la idea principal que lleva a el monje ciego a matar a sus hermanos eclesiásticos, el temor a lo que haría las ideas revolucionarias de Aristóteles a la vida casta de los monjes y a su fidelidad.
La nave está hecha de pequeñas y grandes partes, peros si fallara alguna la nave no funcionaría bien; el lector no la entendería o le daría otro significado; por eso hay que ser diestro a la hora de escribir algo que será leído por alguien más con distintas predisposiciones.
Cada parte fue cuidadosamente hecha: las alas son las ideas del libro que nos permiten volar, los alerones son las interpretaciones de las ideas que nos permiten cambiar el curso de la nave, las hélices son el objetivo primero del escritor el cual no puede ser variado, el fuselaje lleva toda la información intelectual para un mayor crecimiento personal del lector, el radar nos permite el tiempo y espacio en el que fue escrito el texto, la gasolina son las ideas que ya tiene el lector de otros textos y le permite hacer una mejor interpretación del texto, los estabilizadores son los sentimientos y emociones plasmadas por el autor para mantener un curso de sentimientos en el lector, los timones de profundidad y dirección son la unión de los anteriores y nos permiten llegar a una conclusión general del texto y el tren de aterrizaje es la conclusión y por último el motor que es el corazón del escritor.
Esta nave transporta todo lo que nuestra civilización expresa; es arma de religiones, es herramienta de trabajadores y es droga para los lectores (nos lleva a viajar en la fantasía), la nave nos abre paso y nos acerca a la inalcanzable meta del conocimiento absoluto; la nave es ablandadora de corazón; es humanizadora.
Esta nave viajera ha sido testigo de matanzas, revoluciones, amor, paz etc.; aun así esta nave no es indestructible; leamos y evitemos que la nave se estrelle o quede abandonada y no pueda ser reconstruida tan bien después.
Ahora además se está construyendo una nueva nave más tecnológica que empieza a desplazar a la antigua nave (así como Gutenberg había desplazado los conocimientos persona a persona una vez); lo bueno es que la actual nave aunque es más barata y rápida y es menos dañina con el medio ambiente; solo que esta nave tiene sus distracciones y desviaciones de curso. En realidad la mayor pérdida de la desaparición de la antigua nave es la esencia que daba al leer. Pero la esencia general quedara intacta; además de que nadie puede luchar contra el constante avance tecnológico y el lector será el que le dé significado al libro.